La administración concursal del grupo privado de servicio postal Unipost comunicó a última hora del pasado lunes a los sindicatos la apertura de la tercera fase del expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción previsto para toda la plantillaERE y que afectará a 249 trabajadores en España, alrededor de medio centenar de ellos en Galicia, entre los centros de A Coruña y Vigo, los únicos que permanecen abiertos en la comunidad tras el cierre en las últimas semanas de los de Santiago, Ourense y Pontevedra.

La empresa -que llegó a tener 2.500 empleados en todo el Estado, 123 de ellos en Galicia- cuenta ahora con una plantilla de 1.330 profesionales y tras la tercera fase del ERE se quedará con 1.081. La medida supone además el cierre definitivo de trece centros de trabajo y el fin de la actividad de reparto postal en otros nueve, en los que quedarán solo administrativos y mandos de la compañía para realizar las últimas gestiones de cara a su clausura ordenada. Entre estos últimos se encuentran los de A Coruña, que mantendrá tres trabajadores, y Vigo (con uno), que a día de hoy suman unos 55 empleados.

Los sindicatos prevén que, una vez presentado el plan de despidos de la tercera fase del ERE, el juez lo apruebe inmediatamente y las bajas de los trabajadores se produzcan ya en los próximos días, con lo que la empresa dejará de prestar servicio de forma definitiva en Galicia.

Al margen de los despidos, los empleados de Unipost están pendientes también de si la administración concursal les abona las nóminas que tienen pendientes de cobrar: el 50% de la de enero, toda la de febrero y las últimas dos pagas extraordinarias.

Los sindicatos culpan de la deriva de la empresa, que la llevó a la liquidación, a la mala gestión de la familia propietaria, la catalana Raventós. De hecho, los responsables de Comisiones Obreras solicitarán que el concurso de acreedores de Unipost sea declarado culpable "para que los propietarios tengan que hacer frente a la situación y paguen por su responsabilidad" en la quiebra de un grupo que llegó a superar los 2.500 trabajadores en toda España.