La cadena de jugueterías Toys 'R' Us se encuentra en un callejón sin salida. La pérdida de cuota de mercado por la llegada de nuevos competidores del mundo online como Amazon y el cambio de preferencias entre los más jóvenes, en el que el juguete tradicional deja paso a smartphones, tablets y consolas, ha llevado a la compañía a solicitar la liquidación de su negocio en su país de origen, Estados Unidos, y a sopesar la venta de su red de 53 establecimientos en España. La situación afecta a los cerca de 80 trabajadores que tiene en Galicia, entre las tiendas de A Coruña, Vigo y Lugo.

"Por el momento, nadie se ha puesto en contacto con nosotros para comentarnos cuáles son los planes que tiene la empresa", denuncia uno de los empleados gallegos. Los sindicatos solicitaron ayer la convocatoria de un comité intercentros -que previsiblemente se reunirá hoy - para analizar la situación y marcar las líneas rojas de cara a la negociación con la empresa.

Sobre el horizonte sobresalen dos posibilidades. La primera es que, pese a cesar sus actividades en Estados Unidos, la compañía continúe operando con normalidad en España, donde encadenó cuatro años en números rojos, con unas pérdidas acumuladas de 10,1 millones de euros que, en parte, quedan compensadas con los beneficios de 29,9 millones de euros de 2013. La otra opción es que opte por la venta para desprenderse de los establecimientos menos rentables o bien, la medida más drástica, que su filial en España siga los pasos de la compañía en Estados Unidos y cese operaciones en el país.

"Estamos trabajando, en estrecha colaboración con nuestros asesores, para alcanzar medidas que nos permitan preservar la continuidad de nuestra actividad en España, así como los intereses de nuestros colaboradores y empleados", se limitó a afirmar el director general de Toys 'R' Us en España y Portugal, Jean Charretteur, mediante un comunicado. La situación de sus establecimientos en la Península sigue en el aire, a diferencia de lo que ocurrirá en Asia, Alemania o Suiza, donde ya anunció sus intenciones de venta, y en Canadá, país en el que, según aseguró ayer el consejero delegado, David Brandon, el grupo ya cuenta con un posible comprador interesado por esta compañía de 61 años de historia encumbrada por el baby boom y que ahora precipita su caída en pleno auge del comercio online.