La propuesta de orden del Ministerio de Energía para modificar levemente el sistema de asignación del servicio de interrumpibilidad -la subasta en la que se reparten los incentivos entre las empresas electrointensivas como Alcoa dispuestas a reducir o suspender su consumo energético cuando el sistema no logra atender la demanda- introduce como novedad la eliminación de los bloques de mayor tamaño, de 90 megavatios (MW) -los mejor remunerados y a los que aspira la aluminera estadounidense- y su sustitución por otros de 40 MW. Esta medida pretende favorecer una mayor competencia por esos lotes, como explica el propio proyecto de orden del Gobierno, al permitir la entrada en la puja de empresas de menor tamaño. El director general de Operación de Red Eléctrica de España (REE, la firma semipública operadora del sistema), Miguel Duvison, cuantificó ayer ese incremento de la competencia en un encuentro con periodistas previo a la celebración, hoy, de la junta general de accionistas de la compañía. "Con bloques de 40 MW más que se duplica el número de posibles prestadores del servicio", aseveró el directivo de la firma, lo que equivale a pasar de una demanda de alrededor de una decena de pujadores por paquetes de 90 MW -cada planta puja por separado y Alcoa tiene tres: en A Coruña, San Cibrao (Lugo) y Avilés (Asturias)- a superar la veintena con los de 40.

Por ello, la clave está en el número de estos lotes que pondrán en liza el Gobierno y REE (encargada de celebrar la subasta). Alcoa ya demandó que la rebaja en la potencia de los bloques se compense con un mayor número de unidades a asignar pues la mayor competencia amenaza con reducir los incentivos eléctricos que percibe por la planta lucense, la única de la multinacional que en diciembre logró bloques de 90 MW, tres de los cuatro a los que aspiraba. A Coruña y Avilés, con unos 400 trabajadores cada una y que optaban a uno por fábrica, tuvieron que conformarse con las primas obtenidas al adjudicarse bloques de 5 MW.

El proyecto de orden sobre la próxima subasta -que asignará el servicio de interrumpibilidad para el periodo que va del 1 de junio al 31 de diciembre- está en plena tramitación, en el Consejo Consultivo de la Electricidad, y Red Eléctrica calcula que la puja se celebrará "con toda probabilidad" en mayo. Y posiblemente no será la última.

Aunque el Gobierno sostuvo el año pasado que la subasta celebrada en diciembre -que asignó el servicio entre el 1 de enero y el 31 de mayo- era "de transición" hacia el nuevo modelo energético, Duvison dejó entrever que el proceso competitivo de asignación del servicio de interrumpibilidad puede mantenerse en el futuro. Por ello, todo apunta a que el sistema de subastas no desaparecerá, pero sí perderá peso y entrarán otros factores en juego, como especulan fuentes del sector.

"No sabemos si va a ser la última subasta. No parece", indicó el director general de Operaciones de REE tras subrayar que el mecanismo de interrumpibilidad se enmarca en la normativa europea, por lo que Bruselas no tendría por qué poner pegas a su continuidad en el futuro.

Sobre la activación del servicio por criterios económicos -novedad que se introdujo en la anterior subasta y que provocó este año ya 34 cortes a la industria-, Duvison detalló que permite afrontar los desequilibrios del sistema ("se activa para reducir los sobrecostes de ofertas de energía más caras") y favorece un ahorro para el consumidor final. La incidencia en la factura, al ser "un pequeño componente del coste de la energía, ronda el 2%". "Supone una garantía de suministro y es un recurso más que tenemos para operar el sistema. Permite hacer ajustes", sentenció el directivo de Red Eléctrica.

En cuanto a los supuestos perjuicios que los apagones de las últimas semanas han causado a la fábrica que Alcoa tiene en San Cibrao, Duvison aseveró que, si hay un daño, no es culpa del sistema ni del operador, pues la aluminera conoce en qué consiste el servicio de interrumpibilidad y cuáles son los requisitos para poder prestarlo. "Alcoa no debería sufrir más allá de lo que haya estimado que podía sufrir. No debería haber ningún problema, ninguna dificultad", señaló el director general de Operaciones de la firma encargada del transporte de la energía en territorio español. "Cada cual oferta lo que es compatible con su proceso industrial", añadió el directivo de REE sobre las repercusiones de la aplicación del servicio de interrumpibilidad por criterios económicos.

De esta forma, Alcoa y otras grandes empresas electrointensivas como Megasa, Celsa o Ferroatlántica -todas con presencia en Galicia- volverán a jugarse en los próximos meses buena parte de su rentabilidad en la subasta de los incentivos eléctricos. "Una lotería" que los trabajadores coruñeses de Alcoa quieren que se acabe, por lo que exigen al Gobierno que diseñe un modelo estable que permita planificar la actividad a largo plazo.