Los pensionistas mantienen en las calles su pulso frente al Gobierno, y, pese a seguir sin ver atendida su demanda de que las pagas crezcan en línea con el IPCIPC, sí han logrado varias concesiones. A las promesas de subir hasta un 15% las pagas de viudedad y de aplicar el incremento del IPC para las mínimas, se suma el anuncio de que los pensionistas de 17.000 euros también quedarán exentos de IRPF; una opción ahora reservada para los que ganan menos de 12.000 euros.

En el caso de que la reforma salga adelante, implicaría un ahorro medio de unos 470 euros a los cerca de 85.000 pensionistas gallegos cuyas pagas oscilan entre los 12.000 y los 17.000 euros. Estos dedican ahora un 3,2% de su pensión al pago del impuesto sobre la renta, según las estadísticas de la Agencia Tributaria, del que quedarían liberados con la prometida reforma. La Seguridad Social no desembolsaría ni un solo extra y el esfuerzo recaería sobre Hacienda, que perdería una fuente de ingresos que, solo en Galicia, aportó 48,2 millones en 2016.

Con este movimiento los retirados gallegos verían incrementada su renta disponible en un 3,3%, tres veces más de lo que subieron los precios entre los meses de febrero de 2017 y 2018 en el conjunto de España (un 1,1%, frente al 0,9% en Galicia), y el porcentaje de pensionistas gallegos exentos del pago de IRPF se ampliaría hasta el 80%.

Reacción en el Congreso

La cuestión de las pensiones estuvo presente ayer en el Congreso de los Diputados. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, defendió las medidas del Gobierno recordando que llegaron a congelarse durante el gobierno del PSOE y argumentó que son "muy dignas", al representar las de jubilación el 72% del último salario, frente al 52% del promedio de países de la OCDE. El portavoz de Empleo del PSOE, Rafael Simancas, criticó que más de dos millones sean de "menos de 600 euros al mes" y que un tercio de ellas se sitúen por debajo del umbral de pobreza.