Sigue el rojo tan identificativo de la marca, el nombre y la llama por supuesto, pero la tipografía es distinta para que el nuevo logo del Santander se haga "moderno y digital" y atractivo para las nuevas generaciones en busca de la clientela del futuro. "Parece un cambio pequeño, pero no lo es. Nos va a permitir adaptarnos mejor a este mundo digital porque se ve mejor en los soporte digitales", explicó la presidenta, Ana Botín, en la presentación ayer del rediseño de la marca del primer banco español durante la celebración de la junta general de accionistas. La "progresiva" implantación arrancará en las webs, aplicaciones de teléfonos móviles, redes sociales y las pantallas de los cajeros, también en los anuncios publicitarios, para desembarcar luego físicamente en las oficinas. En las de todo el grupo. La intención del grupo es absorber la imagen de Popular y su filial Pastor, en paralelo a la integración tecnológica y de plantilla que se desarrollará durante los dos próximos años. La mítica enseña del banco gallego tiene, por tanto, los meses contados.

Precisamente sobre la unión del Popular, la presidenta del Santander subrayó ayer que avanza "según lo esperado". "Seguimos trabajando", apuntó, tras defender otra vez que la compra instantánea tras la resolución de la entidad permitió "la vuelta a la normalidad operativa". La operación "resultó muy buena" para todos los accionistas y la líder del grupo bancario insiste que la prioridad sigue siendo no perder "no perder un solo cliente". El Popular y Pastor aporta al grupo Santander el 30% de la clientela en España.

"Lamento las pérdidas que han sufrido los accionistas y los titulares de bonos, pero quiero recordar que Santander compró Popular a la JUR y al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria tras su resolución y posterior subasta, una vez que el propio consejo del Banco Popular acordó que la entidad era inviable", señaló Ana Botín sobre un proceso que, defiende, estuvo "ajustado a la legalidad". La oferta para compensar a los afectados -un paquete de bonos de fidelización al que se acogieron el 77,88%- no fue, según la presidenta de la entidad, un antídoto para evitar denuncias, sino una estrategia para "recuperar el pulso comercial". "Sería un gesto muy elegante por parte del Santander que compensaran esas pérdidas", le pidió en la junta un accionista del Santander que también con contaba con 13.000 títulos del Popular.

La "prioridad" de la entidad será el crecimiento orgánico en aquellos países donde opera, si bien Botín incidió en que se analizarán posibles opciones de crecimiento externo. "Tenemos la obligación de analizar también las oportunidades de crecimiento externo que surjan en nuestros mercados y fortalezcan nuestro negocio y cumplan con nuestros criterios estratégicos y financieros", apuntó. El Santander incrementará un 4,5% el dividendo este año, hasta los 0,23 euros por acción, y los de 2019 serán íntegramente en efectivo.