Esta vez el cálculo del Instituto Nacional de Estadística (INE) coincide con los datos que ya hace unos días adelantó el Instituto Galego de Estatística (IGE). La economía gallega se mantuvo fuerte el pasado año, con un crecimiento del 3,1%, el mismo avance que registró el conjunto del Estado. El empujón permite a la comunidad aligerar la brecha de riqueza que históricamente mantiene con el resto del país. El Producto Interior Bruto (PIB) per cápita se situó en 2017 en 22.497 euros. Son 2.502 euros por debajo de la media nacional, cercana a los 25.000 euros. Galicia fue la tercera que comunidad autónoma española en la que más aumentó la renta que le corresponde a cada ciudadano. Un 4,5%, según los datos divulgados ayer por el INE. De hecho, ese diferencial con la riqueza estatal está en mínimos, gracias, por un lado, a la revitalización de la actividad en el mercado gallego (un 4,1% en términos nominales, 2.375 millones de euros), pero también a la pérdida de población (se redujo un 0,4%, en casi 10.000 residentes). La economía se hace más grande y toca a menos en el reparto.

Eso explica también por qué Galicia acumula una de las mayores alzas de la renta por habitante si es realmente la octava comunidad en crecimiento del PIB. Las líderes en 2017 fueron Aragón, con un 3,6% de incremento; Asturias, con un 3,5%; y Madrid, con un 3,4%. A continuación están Murcia y Cataluña, ambos territorios con un 3,3%; y Cantabria y Comunidad Valenciana, donde la economía creció un 3,2%. Al igual que Galicia y la media estatal, el PIB del País Vasco creció un 3,1%. Los menores avances, por contra, se registraron en Castilla y León (1,9%), La Rioja (1,8%), y las ciudades autónomas de Melilla (1,7%) y Ceuta (1,6%).

El PIB gallego engordó el año pasado hasta superar por primera vez los 60.000 millones de euros. En su alimentación ya no hay tanta similitud entre los diagnósticos del IGE y el INE. Mientras que el organismo estadístico gallego estima un crecimiento del 4,2% en la industria manufacturera de Galicia, su homólogo estatal lo eleva al 5,5%. En la construcción, frente a la subida del 3,5% que estipula el IGE, el INE habla de solo un 1% a la vez que rebaja del 6,3% al 3,6% la evolución recogida para comercio, transporte y hostelería.

"Galicia se mantiene entre las comunidades con mejor comportamiento del PIB desde que empezó la recuperación económica", destaco ayer la Consellería de Facenda en un comunicado de valoración de las cifras del INE. El incremento medio anual entre 2015 y 2017 es del 3,62%, "casi cuatro décimas más que la media española, del 3,25%", señaló. "Esto ratifica que la economía gallega está consiguiendo un comportamiento mejor que el previsto en el Plan Estratéxico de Galicia -añade-, que estima un crecimiento medio del 2,5% en el periodo 2015-2020". El Instituto Nacional de Estadística abre más la fotografía. ¿Qué balance deja la economía gallega entre 2010 y 2017? Un ascenso medio del 0,8%, una décima por debajo de toda España.

El PIB per cápita muestra, de nuevo, un país muy diferente entre las autonomías. Madrid se consolida como el territorio más rico tras un alza del 3%: 33.809 euros por habitante. País Vasco (4,1%) se queda con 33.088. Y Navarra (3%) con 30.914. La distancia con Galicia llega hasta los 11.300 euros. A la cola están Melilla (17.945 euros) y Extremadura (17.262).

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) hizo balance de las últimas reformas laborales, constatando que los contratos a tiempo parcial en España duplicaron su presencia en los últimos 20 años sobre el total de la contratación y que existe un "elevado porcentaje" de involuntariedad en esta modalidad de contrato.

La patronal subraya que el aumento de la contratación a tiempo parcial en los últimos años se debe "posiblemente" a que ha sido utilizada como una vía de salida del desempleo, aunque apunta que desde 2012 "los incrementos son muy moderados". Aunque la involuntariedad de los contratos a tiempo parcial creció en toda Europa, la CEOE señala que en España el porcentaje es el doble que el registrado en la media europea y, además, fue el país que registró un mayor incremento. No obstante, desde 2016 experimentó una ligera disminución, pasando del 63,2% registrado en 2015 al 61,9%.

La contratación temporal, que alcanzó su número más bajo en los ejercicios 2009 y 2012, creció a partir de 2013 de forma considerable hasta superar en 2015 el número de contratos temporales realizados en los años de antes de la recesión. Desde 2010, se ha visto un aumento progresivo del peso de los contratos de duración inferior a siete días. De hecho, han pasado de representar el 19,3% a rondar el 25,7% del total de contratos en España en 2016. Para la patronal española, este incremento se puede deber al aumento del número de contratos temporales causales, sobre todo los contratos eventuales.

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