El empleo a tiempo completo pierde peso en la última década y este espacio lo ha ocupado, especialmente durante el punto más álgido de la crisis, el empleo a tiempo parcial. Pese a que este se mantiene a niveles cercanos a sus máximos históricos, lo que sí cambia es el motivo que lleva a estos contratos. Los profesionales con empleo a tiempo parcial que desearían aumentar la duración de su jornada han pasado de estar por encima de los 100.000 a descender hasta los 80.300. Representan el 58,1% del total, casi doce puntos menos que a mediados de 2015, cuando siete de cada diez empleos con jornada parcial no eran voluntarios, sino forzosos.

Los denominados empleos parciales involuntarios siguen siendo mayoría ahora, pero en los últimos años han perdido peso sobre el total y avanzan aquellos que optan por estos contratos para mejorar su conciliación laboral y familiar. Este es uno de los principales motivos que explican que este tipo de contratos vaya a parar, de manera especial, a las mujeres. El 79,7% de los empleos a tiempo parcial en Galicia están ocupados por mujeres, sobre las que sigue recayendo de manera casi exclusiva el cuidado de los niños. Esta tendencia se hace más patente en la comunidad gallega que en el resto de España, donde las mujeres copan el 72,7% del total de contratos parciales, siete puntos menos.