La exconselleira de Facenda de la Xunta, Marta Fernández Currás, defendió ayer en el Congreso que la fusión de Caixa Galicia y Caixanova se realizó "con rigor, seriedad y diligencia exquisita" y que el proceso contó con la tutela del Banco de España, que avaló la operación. "Siempre fuimos de la mano del Banco de España", sostuvo la ex alto cargo del Ejecutivo gallego. En su comparecencia ante la comisión de la Cámara baja que investiga la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro, Fernández Currás recordó que esta operación no se topó con ni un sólo rechazo en el Parlamento gallego.

De hecho, la también exsecretaria de Estado de Presupuestos del Ministerio de Hacienda señaló que la Xunta acordó previamente con los grupos políticos tener una entidad en la que se respetaran "los criterios de solvencia y galleguidad", algo respaldado por la patronal y las tres principales centrales sindicales de la comunidad.

Fernández Currás aseguró que el Banco de España "validó" las tesis de KPMG sobre la viabilidad de una fusión, posibilidad que ya habían explorado las propias entidades con informes "de parte", aunque contrastados, dijo, por la Xunta y el Banco de España. Sin embargo, apuntó que la segunda fase de la integración fue encargada a Deloitte y a PricewaterhouseCoopers. Además, señaló que, a su juicio, fue "sorprendente" que dos meses después de autorizarse la fusión se aprobara un decreto ley que endurecía las exigencias de provisiones y activos, lo que atribuyó a "como mínimo, una descoordinación entre el Banco de España y el legislador", pues se les pedía "un salto al vacío" tras "sacrificar" en la operación capital principal.

La representante de En Marea en la comisión, Yolanda Díaz, sostuvo que KPMG no recomendaba una fusión, sino una absorción de una entidad a la otra, y que el propio gobernador de entonces, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, llegó a cuestionar la operación y, según sus palabras, buscó convencer al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, de que desistiera de ella.

La diputada gallega también cuestionó la razón por la que se contrató a la auditora por un millón de euros si finalmente se optó por fusionar las entidades y no por la absorción recomendada, al tiempo que aseveró que los requisitos planteados por el supervisor para amparar la fusión "se cumplieron muy parcialmente".

"No causa, consecuencia"

"Nada de lo que se pudo hacer quedó sin hacer. La fusión no fue causa, fue consecuencia de la mala actuación de las cajas", replicó Fernández Currás, que dijo que en cuatro años se disparó el crédito inmobiliario en más de 13.500 millones de euros. Además, aseguró que la propia autoridad bancaria europea (EBA) llegó a certificar que el capital necesario "era muy inferior" a la inyección aportada por el FROB y lamentó que desde el Gobierno central se debió actuar "antes y con mayor contundencia". "La factura pagada seguramente sería menor", declaró.

La exconselleira de Facenda también cargó contra el Gobierno que la precedió en la Xunta, el bipartito del PSOE y el BNG, al afirmar que no hizo caso "de las alertas y las advertencias" de los informes que, con la información que remitían las propias cajas sobre su balance, la cuenta de resultados o los recursos propios, se realizaron entre 2004 y 2008.

Fernández Currás también rechazó que existiera "politización" en el gobierno de las cajas, pues "el trazo grueso" con el que se realizaban estas acusaciones no correspondía al caso de las cajas gallegas. "Nunca hubo representantes designados por el Gobierno en órganos de representación. Tenemos una situación distinta a la de otras comunidades", concluyó.