Galicia registró el año pasado los índices más altos de conflictividad laboral en cuanto a jornadas no trabajadas por huelga desde 2009 como consecuencia de la convocatoria de paros de la actividad en varios sectores que se prolongaron durante semanas, por lo que las cifras de días de trabajo perdidos aumentaron en mucha mayor medida que las huelgas convocadas o los trabajadores participantes en ellas. La comunidad gallega contabilizó en 2017 más de 159.500 jornadas perdidas por conflictos laborales, una media de 437 al día, lo que supone un incremento del 819% (se multiplicaron por más de nueve) respecto a las 17.365 registradas el ejercicio anterior, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Este importante repunte coloca también a Galicia como la segunda comunidad del Estado con más días de trabajo perdidos por paros en la actividad, solo superada por Cataluña, con 2.584.661 jornadas. La autonomía catalana vivió dos huelgas generales el pasado ejercicio, una el 3 de octubre y otra el 8 de noviembre. De hecho, la comunidad gallega aparece por encima de otras que tradicionalmente la superan, como Madrid (que el año pasado se quedó con 128.678 jornadas perdidas) o País Vasco (100.636). La quinta en la lista, Andalucía, ya queda muy lejos, con 36.337 días de trabajo perdidos por huelga, una cifra que Galicia más que cuadriplica.

La causa del gran número de jornadas no trabajadas en la comunidad en 2017 fue la duración de algunos conflictos laborales, que se extendieron durante semanas. Es el caso de las movilizaciones de los empleados del metal coruñés para exigir mejoras en el convenio colectivo de la provinciaconvenio colectivo -entre los meses de junio y julio-, la huelga del sector del transporte de viajeros (autobuses) -también entre finales de junio y principios de julio-, los paros de los examinadores de Tráfico para exigir mejoras salariales -una protesta que extendió durante todo el segundo semestre del año pasado- o los paros en la actividad de los puertos gallegos como consecuencia del conflicto de la estiba, con huelgas y movilizaciones concentradas principalmente en el mes de junio. A estas protestas se sumaron otras de menor duración, como las protagonizadas por los trabajadores de Ferroatlántica en Cee y Dumbría contra la pretensión de la empresa de vender las centrales hidroeléctricas gallegas o las movilizaciones de los trabajadores de Alcoa durante la negociación del nuevo convenio colectivoAlcoaconvenio colectivo.

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Para encontrar niveles tan altos de conflictividad laboral en Galicia en cuanto a jornadas de trabajo perdidas hay que remontarse a 2009, cuando superaron las 370.500. Un año después, sin embargo, ya cayeron por debajo de las 22.000 y en 2011 superaron levemente las 17.500. Al ejercicio siguiente volvieron a aumentar las jornadas no trabajadas hasta casi duplicarse (32.885), una situación que se repitió un año después, (67.065), pero la senda descendente volvió en 2014, al contabilizarse 50.688 días de trabajo perdidos. La tendencia a la baja continuó en los siguientes ejercicios (con 36.230 jornadas perdidas en 2015, y 17.365 en 2016) hasta volver a subir drásticamente el año pasado.

El número de trabajadores participantes en huelgas en Galicia también aumentó considerablemente el año pasado, un 237%, respecto a 2016, pero muy lejos de ese 819% de las jornadas no trabajadas. Los empleados que secundaron paros de la actividad en la comunidad gallega durante 2017 fueron 39.977, unos 28.100 más que un año antes, cuando se contabilizaron 11.866. En este caso, para encontrar un ejercicio con más profesionales gallegos participantes en huelgas hay que remontarse a 2013, cuando se superaron los 44.400.

La duración de las huelgas convocadas en Galicia el año pasado es la que explica en buena medida el gran volumen de jornadas de trabajo perdidas pues los paros de la actividad realizados en la comunidad por conflictos laborales subieron un 33%, al pasar de las 57 huelgas contabilizadas en 2016 a las 76 registradas el año pasado, muy lejos de los incrementos en el número de participantes o de días de trabajo perdidos.

De hecho, en cuanto a huelgas convocadas, Galicia aparece en el quinto lugar del Estado con esas 76, muy lejos de las 180 del País Vasco, las 134 de Madrid, las 114 de Cataluña y levemente por debajo de las 78 de Andalucía.