Juan Carlos Escotet se revuelve contra la decisión del Gobierno de Venezuela de intervenir Banesco después de la detención ayer de 11 de los principales directivos del primer banco del país, acusados de favorecer u ocultar la manipulación con la depauperada divisa. Otra vez en primera persona y a través de un vídeo, el presidente de la entidad asegura que la decisión del régimen chavista en plena campaña electoral para las presidenciales del 20 de mayo es "injusta". "La mayoría de las veces que se interviene un banco es porque presenta quebrantos financieros o problemas de alguna naturaleza que comprometen su salud", asegura. Y este, defiende, no es el caso del banco que supera el 20% de la cuota de mercado del sector financiero venezolano, "el más líquido y con mayores ratios de crecimiento". "De forma que esta es una intervención que no tiene ningún sentido -añade Escotet-. Es una decisión exclusivamente política".

El banquero habla abiertamente del uso de la intervención para "distraer a la opinión pública de los graves problemas" que se viven en Venezuela. Solo espera que la toma de control durante, al menos, 90 días, por parte del Ejecutivo del país -la viceministra de Finanzas, Yomana Koteich, se encargará de la dirección- "contribuya a asegurar todos los puestos de trabajo". A la plantilla, precisamente, dedica buena parte de su intervención para que no se desanimen. "Estos son tiempos pasajeros", dice Escotet, y apela a pensar "sobre todo" en los más de 8 millones de clientes "para seguir retribuyendo justamente su confianza".

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