Carolina López, economista de profesión, nunca había pensado en abrir su propio negocio. Hasta que la crisis la dejó sin trabajo a finales de 2014. Fue entonces cuando se acercó a la Cámara de Comercio de A Coruña con una idea en mente: vender en España las joyas artesanales que su hermana Rossi creaba en Venezuela. Con su asesoramiento puso en marcha primero una tienda online y en diciembre de 2016 abrió un local en la calle Federico Tapia que lleva el nombre de Rossi López, quien también se trasladó a A Coruña para gestionar juntas el comercio.

"La Cámara me ayudó mucho, de allí saqué mi plan de empresa, con la ayuda de todos los profesores del curso en el que participé", agradece Carolina López. Destaca la "visión comercial" que le proporcionó esta formación y valora que abarque temas tan diversos como marketing, finanzas, tecnología o fiscalidad. Considera que en su caso el proceso fue "más sencillo" porque la idea de negocio —la joyería Rossi López— ya existía en Venezuela y se trataba de ver "cómo llevarlo al público" local. El paso de esta economista de padre gallego y madre venezolana hacia el emprendimiento fue inesperado y vino desencadenado por una situación adversa: el desempleo en tiempos de crisis. "Yo no tenía vocación emprendedora —reconoce—, pero en estos momentos estoy encantada".

El primer balance anual del establecimiento comercial es positivo. "En 2017 la tienda cubrió sus gastos y nos dio un pequeño sueldo a nosotras dos", expone López. Lamenta que el consumo todavía está "bastante frenado" y que el mal tiempo sufrido este año también juega en contra de sus ventas. "Pero aún así la tienda va vendiendo, así que estamos contentas y con ganas de hacer más", asegura esta emprendedora.

La producción propia, con materiales naturales que trabaja Rossi López según sus propios diseños desde hace 15 años, es una ventaja para el negocio. "No dependes tanto de los proveedores", explica Carolina López, a la vez que pone el acento sobre la originalidad de su propuesta. "No hay muchas tiendas que ofrezcan joyería artesanal y la nuestra tiene un estilo distinto", destaca. Ese estilo tuvieron que modificarlo para pasar de vender en los centros comerciales de Maracaibo a tratar de hacerlo en A Coruña. Adaptaron las piezas a los gustos locales y al clima y, según su testimonio, está funcionando bien entre la nueva clientela.

La venta a través internet, en cambio, ha resultado más difícil de lo que ella esperaba. "La gente quiere ver y tocar el producto, además habría que promocionar más la página web para que funcionara y eso requiere una inversión", explica López.

La dueña de esta joyería recomienda a cualquier personas que cree su propio negocio siempre y cuando pueda ofrecer "un producto atractivo, que tenga un valor añadido con el que competir" porque, sentencia, "el mercado está muy complicado".