Los carburantes suben en todas partes, pero en Galicia más. El litro de diésel se ha encarecido un 4% en la comunidad en las dos últimas semanas después de que el presidente norteamericano, Donald Trump, rompiera unilateralmente el pacto nuclear con Irán. Desde luego, el mismo arreón del huésped de la Casa Blanca ha impactado también en los precios a nivel estatal, solo que en este caso el precio ha aumentado ocho décimas menos (3,2%). A las puertas del puente por el Día das Letras Galegas, el gasóleo se pagaba ayer en las estaciones de servicio gallegas a 1,271 euros, más de cinco céntimos por encima del promedio de España; la gasolina costaba 1,34 euros el litro, tres céntimos más que a nivel nacional. De este modo llenar un depósito medio de 55 litros costaba ayer tres euros más que hace solo quince días, de acuerdo a los datos oficiales del Ministerio de Industria.

Pese a que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se había comprometido a estudiarlo, el problema principal para los usuarios gallegos sigue enquistado en el diferencial que se paga respecto a la media española. Porque no tiene explicación aparente -la comunidad alberga una de las diez refinerías de España, en A Coruña, y no tiene tasas específicas- y porque no para de aumentar. De nuevo con la propia estadística de Industria, en mayo del año pasado el gasóleo costaba en Galicia un 3% más que en el conjunto de España. Esta horquilla se ha ensanchado al 4,44%; esto es, el sobreprecio que sufren los consumidores gallegos ha crecido casi un 50%. La CNMC no precisó ayer si ha concluido la "recogida de datos" para decidir si investiga o no el mercado de los carburantes en Galicia. Su presidente, José María Marín Quemada, había asumido ese compromiso hace justo un año ante el mandatario gallego, Alberto Núñez Feijóo.

Es cierto que la Xunta aplica sobre los carburantes la tasa más alta del llamado céntimo sanitario (el Impuesto de Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos, Ivmdh), que fue eliminado en cinco comunidades (Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra y País Vasco) y rebajado en otras tres (Asturias, Madrid y Extremadura). Pero en las autonomías que sí lo aplican y en la misma medida que Galicia (4,8 céntimos por litro) los conductores no solo pagan menos por repostar sino que la diferencia respecto a lo que tienen que abonar los gallegos también ha crecido. Hace un año el litro de diésel costaba en Galicia un 2,2% más que en el resto de provincias que aplican el gravamen más alto del céntimo sanitario. Ahora ha saltado ya a un 3,6% (es una diferencia superior al 60% en términos comparables).

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