El modelo energético del país y los mecanismos para regular la factura eléctrica de la gran industria son clave para Alcoa, ya que la factura de la luz supone en torno al 40% del coste de producción de sus fábricas. La empresa y la plantilla reclaman, por ello, un marco energético más estable para poder hacer una planificación en el largo plazo y competir a nivel internacional. Los vaivenes en las condiciones de las subastas eléctricas y la incertidumbre sobre este sistema de cara al futuro crean desazón en la plantilla de la aluminera en A Grela, formada por unos 400 empleados que podrían llegar a 500 si la factoría funcionase a pleno rendimiento. Los trabajadores lamentan la falta de inversiones en la fábrica que la empresa achaca a la incerteza. En la última subasta del Ministerio de Energía -en diciembre- la multinacional estadounidense obtuvo para este año incentivos eléctricos "significativamente inferiores" -según reconoció- a los de 2017, lo que ha reducido la rentabilidad de sus fábricas, especialmente las de A Coruña y Avilés. Más allá del resultado que pueda obtener en la adjudicación de esta semana, la firma está a la espera de que el Gobierno presente su modelo alternativo al sistema de subastas.