La multinacional del aluminio Alcoa rehusó ayer hacer valoraciones de la primera jornada de la subasta eléctrica y del endurecimiento de las condiciones, aunque sí manifestó su demanda de que se reconozca "el valor de la interrumpibilidad de alta disponibilidad y se le otorgue una valoración adecuada". Aquellas factorías que más electricidad consumen son las que mejor pueden resolver un problema de la red eléctrica cuando hay un desequilibrio entre la generación y la demanda, por lo que la compañía reivindica que se prime la aportación de sus plantas de A Coruña, Avilés y San Cibrao, que en lo que va de año "han prestado en numerosas ocasiones el servicio de interrumpibilidad y contribuido a abaratar el precio de la electricidad para el consumidor final". "Nuestras fábricas son las más intensivas en consumo de energía y por ello pueden ofrecer más al sistema", concluye la aluminera.

La petición de la empresa es compartida por su plantilla en A Coruña. El presidente del Comité de Empresa, Juan Carlos López Corbacho, reconoce que los 400 trabajadores de A Grela viven "con miedo" desde que se inició el sistema de pujas, en 2014 -año en que Alcoa anunció el cierre de la fábrica por el mal resultado-. "Estamos en una situación de incertidumbre total; vivimos con miedo porque no hay ninguna inversión en la fábrica y las instalaciones se deterioran día a día", lamenta ante la falta de un marco energético estable. A falta de conocer el resultado de la puja, Corbacho prevé que "con menos potencia, menos presupuesto y más competidores no se puede esperar nada bueno".