El plazo para presentar la declaración de la renta 2017 se alarga en el presente ejercicio al coincidir la fecha límite habitual, el 30 de junio, con un sábado, día inhábil de cara a realizar gestiones. Es por ello que la Agencia Tributaria ha diseñado un calendario en el que será el 2 de julio el último día para presentar la declaración de la renta.

No obstante, la fecha límite para solicitar la domiciliación de la renta a ingresar será el 27 de junio, en tanto que dos días después, el 29 de junio, finaliza el plazo para solicitar cita previa para realizar la declaración a través de todas las vías.

Una vez se haya hecho y entregado la declaración, si el resultado es a devolver, Hacienda suele hacer el ingreso en un período aproximado de una semana, si bien puede hacer comprobaciones posteriores de manera que el proceso puede extenderse hasta un mes. Por ley, la Agencia Tributaria tiene hasta un límite de seis meses para realizar el correspondiente abono al contribuyente.

Si la declaración de la renta sale a ingresar y, por tanto hay que pagar a Hacienda, existen fórmulas para hacer frente a esta situación. Una de ellas es el pago fraccionado, una modalidad en la que no se aplican recargos e intereses.

Por su parte, el segundo pago se realiza, por lo general, en la primera quincena de noviembre. De esta manera, el pago fraccionado de la declaración se cumple en los plazos previstos. Si no se ejecuta de esta manera, el contribuyente podría enfrentarse a una penalización con recargos. Son los denominados intereses de demora, que implican que se tenga que pagar un importe mayor del que estaba previsto de forma inicial.