El Banco de España considera que existe margen para considerar una "revisión y definición" de la cesta de impuestos que favorezca el crecimiento potencial. Para ello aboga por aplicar nuevas subidas del IVA y los impuestos especiales para situar la presión fiscal en España en línea con la media de la Unión Europea. En su Informe Anual de 2017, la entidad que preside Luis María Linde -en su último año de mandato al frente de la institución- pone de manifiesto que España cuenta con un menor peso sobre el PIB de la imposición al consumo que la media europea, lo que se manifiesta tanto en los ingresos por IVA como por impuestos especiales, en particular medioambientales.

Además, señala que el sistema impositivo español cuenta con un nivel de beneficios fiscales elevado, lo que deriva de la existencia de numerosas exenciones, deducciones y tipos especiales reducidos que tienden a generar pérdidas de recaudación y "posibles distorsiones sobre la eficiencia y la equidad", por lo que aboga por reducirlos de manera progresiva. El Banco de España enmarca esta sugerencia de revisar el sistema fiscal por la, a su juicio, necesidad de mejorar la calidad de las finanzas públicas para que puedan contribuir en mayor medida al crecimiento económico.

Por el lado del gasto, la institución defiende que las pensiones no se liguen a la evolución del IPC y asegura que "parece existir margen" para seguir avanzando en una mayor eficiencia del gasto público, reorientando su composición hacia aquellas partidas con mayor incidencia positiva sobre la productividad. El déficit es todavía unos de los desequilibrios que tiene que afrontar la economía española, según recoge en su informe el Banco de España, que ve prioritario cumplir las reglas fiscales europeas y continuar el proceso de consolidación fiscal. Al respecto, el Banco de España recuerda que la salida del procedimiento de déficit excesivo implicará una redefinición de la senda de ajuste fiscal más exigente.

Eso incluirá que el déficit estructural se reduzca a un ritmo anual del 0,5 % del PIB, en tanto que la deuda pública tiene que disminuir cada año una veinteava parte de la distancia con la referencia de medio plazo del 60% del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

El Banco de España considera, además, que el elevado nivel de deuda públicadeuda pública y el envejecimiento de la poblaciónenvejecimiento son los dos principales desequilibrios que ponen en riesgo el futuro de la economía española, a los que suma el alto desempleo, la ineficiencia de un mercado laboral que históricamente arrastra con elevadas tasas de paro y la falta de productividad.

Sobre el elevado endeudamiento público, el informe del organismo destaca que esta absorbe recursos que podrían destinarse a fines más productivos y que no deja margen de actuación en caso de perturbaciones macroeconómicas, además de generar una mayor vulnerabilidad frente a cambios en el sentimiento de los mercados.