La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) validó ayer el resultado de la subasta celebrada entre el pasado lunes y el miércoles por Red Eléctrica de España (REE, el operador del sistema) para repartir los incentivos eléctricos entre la gran industria a cambio de prestar el servicio de interrumpibilidad en el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de diciembre. Las fábricas adjudicatarias deberán reducir o suspender su consumo de energía cuando el sistema no logre atender la demanda o cuando salga más barato recurrir a este recurso que dar entrada al pool eléctrico a fuentes de generación más caras - para abaratar la factura del consumidor final- a cambio de compensaciones, con lo que reducen su factura energética. Tras la validación del resultado de la puja por parte de la CNMC llegó el balance de una de las empresas con mayor dependencia de la electricidad y con presencia en Galicia, Alcoa, que salió peor parada que en los anteriores repartos. "La subasta ha proporcionado a las operaciones de Alcoa en España un volumen de servicios de interrumpibilidad similar al de años anteriores, pero con un valor significativamente menor respecto a anteriores subastas", detallaron fuentes de la multinacional aluminera. El grupo obtuvo una remuneración inferior a la de procesos precedentes pese a que la firma, según defendió, acudió a la puja "con el objetivo de obtener el mayor valor posible de los servicios de interrumpibilidad para fortalecer las operaciones en España y surtir mejor al mercado".

Y al igual que en ejercicios anteriores, las plantas de Alcoa que quedan en peor situación son las de A Coruña y Avilés (Asturias), plantas gemelas que emplean a unas 400 personas de forma directa y que ya estuvieron a punto de cerrar en 2014 tras el mal resultado obtenido en la primera subasta de la interrumpibilidad celebrada con el actual sistema.

Las dos factorías quedan así en una situación delicada porque los bloques de energía interrumpible mejor remunerados que consigue Alcoa suelen ser para la fábrica que tiene en San Cibrao (Lugo), la de mayor tamaño y más competitiva. De hecho, pese a que la aluminera no suele comentar los resultados individuales de sus factorías, ayer detalló que el precio de la tonelada de aluminio en el mercado internacional está por debajo de los costes de producirla en las fábricas de A Coruña y Avilés. Sin embargo, de momento el grupo no habla de medidas drásticas como las anunciadas en 2014 -el cierre y despido de todos los trabajadores- pues necesita "analizar los resultados y el impacto" en sus operaciones con detenimiento.

Pero con el objetivo de garantizar la viabilidad de todas sus fábricas en España vistos los resultados de la última subasta, Alcoa estima "aún más necesario y urgente" establecer "mecanismos suficientes de compensación de costes de electricidad para las industrias electrointensivas como los desarrollados en otros países de la UE". La multinacional estadounidense habla incluso de uno de esos mecanismos, la compensación por costes indirectos de emisiones de CO2, una medida que considera "imprescindible" para paliar "parcialmente" la situación actual. La aluminera lamenta que esas medidas compensatorias fueron anunciadas por el Gobierno pero que aún no entraron en vigor y, por tanto, no son efectivas.

La subasta de la interrumpibilidad para los últimos siete meses del año adjudicó 2.600 megavatios (MW) a 108 de los 123 pujadores que participaron en el proceso. Los precios medios bajaron respecto a los ejercicios anteriores hasta una media de 63.168 euros el megavatio de media en los bloques de 5 MW y hasta 174.174 euros el megavatio en los lotes de 40 megavatios. El gasto total ascendió a 160 millones para esos siete meses.