La escena política gallega está mudando de actores. El descontento de la ciudadanía con los partidos clásicos y la irrupción de nuevas fuerzas en forma de mareas, agrupaciones de electores o asociaciones vecinales, ayudada por la tímida entrada de Ciudadanos en Galicia, está hundiendo a PP, PSOE y BNG, formaciones que hace cuatro años apenas tenían rivales y acaparaban el 87,3% de los votos y que ahora retroceden casi trece puntos. Mientras en el rural el embate de las fuerzas emergentes llega atenuado, en las ciudades se ha registrado una auténtica marejada hasta el punto que tienen aseguradas las alcaldías de A Coruña y Santiago y opciones de gobernar en Ferrol.

Populares, socialistas y nacionalistas pierden 118.200 votos en las urbes con respecto a las últimas municipales (el 27,5%) y su respaldo electoral cae en casi 20 puntos, pasando de copar el 84,5% del voto urbano a retener solo el 64,7%. El PP podría perder hasta tres alcaldías y se queda sin las diputaciones de A Coruña y Pontevedra; el PSOE pierde poder urbano, a excepción de Vigo; y el BNG desaparece de Ourense y de la ciudad viguesa. Y mientras, mareas y Ciudadanos suman 110.300 sufragios en las siete urbes, el 23% del electorado.

Pero tampoco en todas las ciudades los partidos clásicos sufren el mismo zarpazo por parte de las nuevas formaciones. Donde más votos ceden PSOE, PP y BNG a los partidos emergentes es en la provincia de A Coruña. En el concello coruñés y en Santiago (con 10 concejales para la Marea Atlántica de Xulio Ferreiro y otros 10 para Martiño Noriega de Compostela Aberta) las mareas han provocado auténticos vuelcos electorales obteniendo más sufragios incluso que el PP y garantizándose así la Alcaldía. Y a ellos se podría sumar Ferrol, donde los populares no alcanzaron la mayoría absoluta y tiene opciones de gobernar Ferrol en Común. Estas tres urbes copan el 63% del respaldo obtenido por las formaciones emergentes en el ámbito urbano gallego con 69.500 votos.

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A Coruña es, de hecho, la ciudad donde más votos pierden los partidos tradicionales a favor de las fuerzas emergentes. PP, PSOE y BNG se quedaron en esta ciudad sin 34.946 sufragios mientras que mareas y Ciudadanos sumaron 40.350 votos.

Con los datos del escrutinio cerrados en A Coruña la Marea Atlántica de Xulio Ferreiro gana al PP por solo cuatro votos. Ahora tendrá que decidir si busca pactos con otras fuerzas o gobierna en minoría. Lo mismo ocurre en Santiago, donde Martiño Noriega empató en ediles con el PP pero lo aventajó en porcentaje de voto. En la capital gallega los partidos tradicionales se dejaron 15.900 votos, mientras las mareas y Ciudadanos obtuvieron el respaldo de 18.600 personas.

En Ferrol los partidos emergentes logran 10.588 sufragios y arrebatan al PP la mayoría absoluta. El gran beneficiado es Ferrol en Común -plataforma que integra a Esquerda Unida (EU), Anova y a inscritos en Podemos- y que podría gobernar siempre que lograse el apoyo tanto de socialistas como de nacionalistas.

En el resto de provincias, sin embargo, el impacto de las nuevas formaciones fue menor. La irrupción de fuerzas emergentes en Ourense y Pontevedra fue contenida. En la corporación ourensana entrarán tres ediles de Ourense en Común y en la ciudad pontevedresa, donde el BNG aumentó su mayoría, la Marea de Pontevedra logró dos actas.

En Lugo, tanto PP, PSOE como BNG perdieron respaldo electoral (14.100 sufragios menos), pero la irrupción de Lugo Novo, con 5.379 votos, no fue suficiente para provocar un vuelco electoral. El PP sigue siendo el partido más votado pero sin mayoría absoluta, de manera que si Xosé Clemente López Orozco quiere continuar al frente de la Alcaldía está abocado a negociar con la marea y el BNG, un pacto que se aventura complicado puesto que estas dos formaciones exigen la marcha del actual regidor, imputado en la operación Pokemon, para llegar a un acuerdo.

En Vigo, por su parte, el apoyo masivo a Abel Caballero, que logró la única mayoría absoluta de las siete ciudades, frenó en seco el avance de la Marea de Vigo, que solo alcanzó tres ediles. En esta ciudad, aunque el PSOE incrementó en 23.000 votos su resultado electoral, el descalabro del PP superó los 32.700 sufragios y el BNG perdió 9.500 apoyos y se quedó sin representación en la corporación local. Mientras, mareas y Ciudadanos sumaron 20.956, solo 8.000 menos que los que obtuvo el PP (28.874).

Aunque las ciudades se han convertido en la avanzadilla de los nuevos partidos, el resto de concellos de Galicia tampoco se ha quedado al margen. En toda la comunidad las formaciones tradicionales pierden 282.500 votos, lo que representa un 20% menos que en las últimas municipales. Por el contrario, las mareas y Ciudadanos avanzan al hacerse ya el 12,3% del apoyo por parte del electorado gallego (164.977).

A nivel estatal el desplome de los viejos partidos es similar a lo que ocurre en Galicia. Pierden trece puntos de respaldo electoral con respecto a 2011.