Y al fin visitó Luís Villares una alcaldía del cambio. Ferrol fue el escenario, quizás la menos potente de las que tiene en sus manos la izquierda rupturista, pero también la que más se parecería a un hipotético gobierno alternativo al de Feijóo en la Xunta, pues Ferrol en Común gobierna en coalición con el PSdeG con el apoyo puntual del BNG. Lograron el bastón de mando en 2015 porque el PP perdió la mayoría absoluta por un concejal, lo que se antoja la fotografía que querría En Marea que fuese la portada tras las elecciones autonómicas del 25. Y así demostrar que "otra forma de hacer política es posible". Demostraron, alegó Villares, en las ciudades del cambio que "era posible no solo enfadarse, sino construir".

El rupturismo echa la vista al movimiento antiglobalización, ese que siempre cita Xosé Manuel Beiras y que descubrió en el foro de Porto Alegre, como germen de una revolución cívica. Su lema fue Otro mundo es posible. Años después, "Otra forma de gobernar es posible". Así lo proclamó ayer el regidor de Ferrol, Jorge Suárez, que arropó a Villares y se colocó como ejemplo de las políticas a aplicar, igual que las de A Coruña y Santiago o A Coruña, donde gobiernan Marea Atlántica y Compostela Aberta. Sus alcaldes, sin embargo, no compartieron estrado con el candidato, que el penúltimo fin de semana de campaña eleva la intensidad en A Coruña, provincia que gana un escaño en el reparto y donde más fuerte se sitúa su marca, por lo que compartirá el sábado con Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, que también visitará Vigo.

La corrupción centró gran parte del mensaje de En Marea ayer en el Teatro Jofre de Ferrol ante unas 350 personas, donde Suárez quiso ejemplificar qué hará Villares si llega a la Xunta; lo que él hizo para revertir el contrato eléctrico municipal que suponía un coste de 40 millones en una década o la gran bandera de su mandato, la visita sorpresa a la depuradora gestionada por una empresa de Florentino Pérez. Allí se plantó Suárez y comprobó que las aguas se vertían al mar sin tratar mientras le empresa cobraba. Con ese ejemplo Villares, Suárez, Beiras o Antón Sánchez -número uno de En Marea por A Coruña- coligieron que Feijóo trabaja para beneficiar a a las multinacionales. El primero puso de ejemplo el salto de Carlos del Álamo, conselleiro de Medio Ambiente con Fraga, al consejo de administración de Ence.

Villares prometió instaurar en la Xunta lo que Beiras calificó como "cambio radical" y él vinculó con las medidas de los gobiernos de A Coruña, Santiago o Ferrol. Su primera medida como presidente del Ejecutivo sería, prosiguió, un decreto de garantías sociales mínimas para garantizar "vivienda digna" para acabar con 39 desahucios diarios, una ampliación de la Risga de casi 800 euros a 1.300 y acabar con la pobreza energética.

Con esa victoria, la izquierda rupturista cerraría el ciclo iniciado en 2012 con la irrupción de AGE, aunque Galicia fue pionera políticamente desde tres años antes, cuando la victoria de Feijóo sobre el bipartito anunció el declive del zapaterismo y el auge del PP. Ahora, también puede marcar la caída de las gaviotas o su resistencia.

La renuncia forzada de Rita Barberá al carné del PP, pero sin dejar su puesto en el Senado tras estar a punto de ser imputada por corrupción, y el caso Baltar coparon muchos minutos del primer gran mitin de En Marea, en el que, otra vez, Beiras dejó el momento de oro al mofarse de la paternidad de Feijóo, que a sus 55 años recién cumplidos, tendrá su primer hijo en febrero. "Es un falsario que ahora juega a tener una familia, es un juguete más", ironizó tras recordarle la obra de Castelao Os vellos non deben namorarse.

También vinculó la elección de Feijóo como líder del PP con la corrupción. "Llegó cuando decidieron decaptiar a Cuíña por Rajoy y Beccaría Ave María, que tenía la llave de la financiación irregular y el dinero de los contrabandistas y luego narcotraficantes. Ahora nadie habla de Marcial Dorado", espetó en alusión a las fotos del candidato popular en los años 90. El propio Villares no citó esa "amistad peligrosa" en el debate del lunes en la TVG, aunque ayer sí se refirió a ella. "Había narcos en barcos", bromeó.