"Echadnos una mano en Galicia para echar a vuestro paisano y tener un Gobierno honesto y honrado". Íñigo Errejón, número 2 de Podemos, desembarcó este mediodía en Pontevedra para arropar a Luís Villares, candidato a la Xunta de En Marea, y pedir a Galicia que dé una vuelta de tuerca el inicio del nuevo ciclo político que marcaron las alcaldías del cambio tras las municipales de 2015, tumbar a Feijóo y desplazarlo de San Caetano y así dar ejemplo al PSOE para intentar un formar un gobierno alternativo al del popular Mariano Rajoy. Eso sí, reconoció ante los medios que, de momento, no negocian nada con los socialistas ante el impasse en que ha entrado la gobernabilidad estatal a la espera de las elecciones gallegas y vascas del domingo.

Más intenso que los alcaldes del cambio de Santiago, A Coruña, Ferrol y Barcelona, que ayer protagonizaron sendos mítines en Vigo y A Coruña, Errejón apeló a "la gente común" para desplazar a los poderosos e insistió en la necesidad de perder el miedo y movilizarse, pues uno de los grandes miedos de la izquierda rupturista pasa por que el desánimo provoque que sus votantes se queden en casa. "Falta un empujón más. Si es difícil nos estimula más", aseguró en referencia a las encuestas, después de que la publicada hoy por LA OPINIÓN mostrase que el PP retendría su mayoría absoluta. "Hemos llegado hasta aquí y nos hemos dado el gustazo de dar una cura de humildad a los poderososos. La gente sencilla puede ganar elecciones y gobernar mejor", sostuvo ante unas 600 personas en la plaza de la Peregrina, de la que se despidió entre firmas de autógrafos, selfies y abrazos.

Villares, por su parte, pidió a la gente "rebelarse" y vinculó las encuestas con la "cocina". Además, afeó a Feijóo su intento frustrado de abandonar Galicia para iniciar un periplo en la política madrileña. También le afeó al Ejecutivo la prórroga a la concesión de Ence, a pesar de estar en funciones, y prometió un "país justo frente al destrozado que deja Atila Núñez Feijóo".