La número dos de En Marea por A Coruña, Luca Chao, recordaba ayer que el pasado diciembre hacía cola en la facultad de Económicas del campus coruñés para asistir al mitin de Pablo Iglesias, una cola que ayer rodeaba todo el patio del rectorado de la Universidade da Coruña para acceder al acto electoral de En Marea. De esta forma, quiso demostrar que la gente podía estar del otro lado y en su caso cuatro meses después compartía ayer escenario con el secretario general de Podemos. Como ejemplo también recordó que hace unos meses era "imposible pensar que un alcalde de A Coruña vistiese camisa de rayas -en alusión a Xulio Ferreiro- o que un señor con coleta pusiese contra las cuerdas a los poderosos -en referencia a Iglesias-.

El regidor coruñés y el líder de la formación morada arroparon al candidato de En Marea a la Xunta, Luís Villares, para instar a la mayoría social a ir a votar por el cambio el domingo. "En el colegio electoral nos vamos a reconocer con la mirada y cogeremos la misma papeleta. Votaremos juntos, ganaremos juntos y nos volveremos a emocionar como tantos días hacemos en A Coruña", señaló el alcalde coruñés, quien apeló a que es posible repetir "el milagro" de su victoria en la ciudad. Desde En Marea se muestran escépticos con las encuestas. Así lo explicó Villares al ironizar que como su partido es "el futuro" todavía no lo detectan los sondeos, "al igual que no detectaron a Xulio".

El secretario general de Podemos admitió que no fue fácil lograr la unidad con integrarse con el partido instrumental de Anova, EU y las mareas locales y hubo que convencer a algunos -en referencia a los críticos de su partido- de que "juntos caminamos más lejos y a veces toca ceder". Además de calificar al líder del PP gallego -Atila Núñez Feijóo para Villares- como un "mal gestor" por triplicar la deuda, destruir 150.000 empleos y denegar los medicamentos para la hepatitis C, le llamó "amigo de narcotraficantes" por subirse a un yate con Marcial Dorado.

La foto del presidente de la Xunta con el condenado por narcotráfico que salió a la luz en 2013 fue uno de los temas a los que recurrió ayer no solo Iglesias, sino también el número uno de En Marea por A Coruña. Antón Sánchez al afirmar que antes de que Feijóo "se pasease en yate" con Dorado muchas madres se habían manifestado "contra los políticos que apoyaban los narcos". "No todos somos iguales. El PP es la corrupción y nosotros la honestidad. Ellos son amigos de los consejos de administración de las empresas y nosotros de los comités", comparó Ferreiro.

Los nombres de Barberá y Baltar también salieron a relucir ayer en la universidade coruñesa por parte de Villares para explicar que mientras al PP solo les interesan de la corrupción "los tres millones de votos que le restaron" a En Marea, a su formación le preocupan los 87.000 millones de euros que "se robaron a la gente". El candidato a la Xunta promete que garantizarán una vivienda digna a todos los ciudadanos, pondrán pan en la mesa a los 700.000 gallegos en riesgo de exclusión y acabarán con la pobreza energética. Villares explica que cuando le preguntan como va a financiar esas necesidades para lograr el "país justo" que defiende en su programa contesta: "Repartiendo lo poco que haya en lo esencial que como no vamos a robar va ser mucho más de lo que hay ahora; y luego obligándoles a que devuelvan lo robado". Y para evitar "la precariedad laboral y la pérdida de calidad de la sanidad" por las "privatizaciones" se compromete a rescatarla y gestionarla desde lo público.

Villares, Ferreiro, Iglesias y Sánchez coincidieron en que el domingo a la hora de votar hay que pensar que cada voto tiene que servir para "decirle al PP que no les van a salir gratis cada uno de los casos de corrupción del PP: "Un voto por Bárcenas, otro por Barberá, Baltar, Soria?", bromeó Sánchez, quien instó a aplicarle a Fejóo la ley nórdica con "un permiso de paternidad de cuatro años" por "salvar a sus amigos en lugar de a Galicia".

Para En Marea el 25 es un día clave para "hacer historia" y Villares está convencido de que en España estarán expectantes con la mirada puesta en Galicia, y la troika, a su vez, ante lo que suceda en España. "Temos que darle una lección a la troika porque aquí empieza la política social que marcará el cambio en Europa".

La situación estatal centró precisamente el discurso de Pablo Iglesias, que aclaró que el problema principal de España no es que no haya gobierno sino la "desigualdad" y que vuelva a gobernar el PP. El líder de Podemos afirmó que en política hay que elegir con quién se está y "de nosotros nadie valora la hipótesis de un acuerdo con el PP" o con Ciudadanos, al que considera su "equipo filial". "El día en que dejemos de dar miedo a los responsables de la desigualdad y a los corruptos que se enriquecen a costa de la gente seremos uno más y no tendremos sentido como fuerza política", proclamó ante el medio millar de personas en el paraninfo de la universidad coruñesa.

Allí también elogió a Beiras, su mentor, con quien se encontró horas más tarde en Vigo. En el acto electoral en la ciudad viguesa, donde también estuvieron Villares y Ferreiro, el veterano político le fijó al líder de Podemos una tarea de histórica. "Tienes la oportunidad de resolver el sempiterno problema de la convivencia de gallegos, euskaldunes, catalanes y españoles", comenzó en alusión al debate sobre la convivencia en España de las nacionalidades históricas.

Para Beiras, Iglesias debe propiciar que sea la ciudadanía y no los Estados quienes decidan su futuro. Iglesias se reivindicó como "un madrileño que reconoce la plurinacionalidad del Estado".