Si la pasada semana dedicó dos días a recorrer localidades rurales de las provincias de Ourense y Pontevedra, ayer el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, hizo lo mismo en Lugo, dejándose ver por Cervo, Foz, Vilalba, Mondoñedo y Cospeito. Al igual que entonces, buscó la proximidad, el contacto, con los simpatizantes, que le obsequiaron con pan de facturación local y tartas de Mondoñedo y Vilalba. "A mí me gusta todo en esta tierra", declaró. En Mondoñedo se reunió con el que fue deán de la catedral de Santiago, José María Díaz, cuando se produjo el robo del Códice Calixtino. "No hablamos de política, sino de la familia", aclaró el clérigo.

En su periplo por Lugo halagó el perfil de Núñez Feijóo como candidato a la Xunta, afeó la actitud de Pedro Sánchez por su bloqueo a la formación de Gobierno con el "coste" que eso tiene para España y también, al final de la jornada, aclaró que está listo para unas eventuales terceras elecciones. "Si hay que volver a ir, se va, y el PP volverá vencer con muchos más votos", declaró en su intervención en el mitin de Cervo.

Rajoy pidió una mayoría estable para el PP en Galicia con el objeto de que Alberto Núñez Feijóo pueda seguir gobernando y de que a su comunidad natal "no le ocurra" como a España, donde se mantiene el bloqueo institucional. "Espero que no sea así en la política gallega porque vamos a ganar las elecciones el domingo", dijo.

Mientras, el vicesecretario general de Comunicación del PP, Pablo Casado, buscaba votos en Vigo, donde participó en diversos actos con Alfonso Rueda o Elena Muñoz. Después se fue a Ourense.