Galicia se ha convertido en un oasis de mayoría absoluta dentro de un desierto donde reina la inestabilidad y la fragmentación política. Y el artífice ha sido Alberto Núñez Feijóo, que se convierte en el único barón popular en España que, no solo resiste el desgaste de las políticas de recortes y corrupción de su partido, sino que incluso ha mejorado en porcentaje de voto los resultados que obtuvo en los comicios de 2012.

Esta victoria incontestable no solo refuerza a Feijóo dentro del PP sino que lo convierte en el principal referente del partido, de manera que, pese a que el líder del PPdeG se ha cansado de repetir que su compromiso es permanecer toda la legislatura en Galicia, será inevitable que su nombre se repita cada vez que se hable del posible sucesor de Mariano Rajoy y se especule con su marcha a Madrid.

Pero el éxito electoral en Galicia también insufla oxígeno a Mariano Rajoy, que se ha volcado especialmente con la campaña gallega. En medio del bloqueo político que atraviesa España, el triunfo en Galicia servirá para apuntalar las posiciones del PP en Madrid de cara a formar gobierno frente a un PSOE debilitado por el retroceso sufrido en las autonómicas gallegas.