No hubo fiesta en la Casa del Pueblo del PSOE en Zalaeta. Estaban los ingredientes, pero no los ánimos. Había platos de tortilla, empanada de mejillones, gominolas y galletas, había vasos de plástico para rellenar de vino, refrescos y cerveza andaluza, pero la televisión no daba al aproximadamente un centenar de afiliados, simpatizantes y cargos de la formación ni una razón para ilusionarse.

Al principio de la noche, cuando todavía no se habían abierto las urnas, los que se pasaron el día con la credencial del PSdeG colgada del cuello, de un lado a otro de las mesas electorales, no se conformaban con menos que con la victoria. Sabían que la mayoría absoluta estaba solo al alcance del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, así que se aferraban a la posibilidad de un Gobierno de coalición con En Marea y BNG. Con el recuento de votos y el abanico del Parlamento tiñéndose de azul, los socialistas empezaban a darse por satisfechos con no caer a la tercera plaza, con mantener, aunque fuese por los pelos, la segunda posición y ser líderes de la oposición. Misión imposible.

Hubo caras largas en la sede, pero también palabras de agradecimiento de las candidatas Nereida Canosa y Ana Yakimenko -ambas iban en la parte baja de la lista, más allá del número diez-, que hablaron de "trabajar en la medida de lo posible" desde la oposición para hacer una "Galicia más justa e igualitaria".

"Independientemente de los resultados, que haya mucho partido", dijo Yakimenko, a lo que el exconcejal de Tráfico Florencio Cardador respondió con sorna un: "Nunca choveu que non escampara", una de las pocas risas que compartieron a la vez todos los asistentes a la reunión.

El número tres de la lista, Juan Manuel Díaz Villoslada, que ayer se fue para Santiago para seguir la noche electoral con sus compañeros socialistas abogaba por una jornada de reflexión poselectoral. "Tenemos que analizar bien los datos para tratar de componer mejor las cosas", dijo el candidato, cuando ya se sabía que el PSdeG había cedido la segunda plaza y el liderazgo de la oposición. "Aparece una nueva fuerza política, En Marea, el BNG consigue mantener un porcentaje de voto mejor del que daban las previsiones", aducía ayer Villoslada, como razones para explicar las cifras, aunque puso también el foco en el PSOE a nivel estatal.

"Los diferentes posicionamientos de diferentes responsables del partido, no puedo ocultar que no nos ayudan a que nosotros, como fuerza política, recuperemos la credibilidad que teníamos que recuperar", razonó. Entre los asistentes a lo que no fue precisamente una celebración estaban cargos actuales del partido, como las concejalas Yoya Neira y Silvia Longueira, o la histórica líder de la asociación de vecinos de O Ventorrillo Rosa Barreiro.