El PP gallego de Feijóo, que realizó una campaña muy centrada en su líder, con un elevado nivel de conocimiento entre la ciudadanía con respecto a los demás candidatos, firma un resultado impecable en estos comicios autonómicos tras una legislatura complicada para Galicia (y el resto del país), con medidas de ajuste para dejar atrás la crisis económica y los efectos de la misma muy presentes. En este caso, acertó el CIS con sus previsiones y el PP gallego conquista su tercera mayoría absoluta con los escaños intactos: 41. De nuevo 41 y el porcentaje de voto superior al logrado en las autonómicas de 2012, pasando de un 45,72% a un 47,54% y unas 22.000 papeletas más. La mayoría de Feijóo vuelve a ser holgada y se cumplen sus expectativas que anunciaba en el mes de abril, cuando anunció su candidatura a la Xunta y expresaba que una tercera mayoría se presentaba "difícil, pero no imposible". Los populares repiten los 41 escaños de 2012 o de 2001. En el 93 había obtenido 43, el máximo número de escaños de esta fuerza, con Fraga, y 42 en 1997. En ambos casos el porcentaje de voto superó el 52%.

Una de las principales incógnitas en estos comicios era qué fuerza ocuparía el segundo y el tercer puesto. En escaños empataron si bien En Marea obtuvo más votos, Casi 17.000 papeletas más y un porcentaje de voto del 19,02%, superior al 17,8% del PSdeG, que registró más de 254.200 votos. Sí se produjo el sorpasso si bien la diferencia entre ambas fuerzas no ha sido tan grande como apuntaban algunas encuestas, que preveían para el partido de la confluencia hasta cuatro escaños más que para el PSdeG. El CIS pronosticaba 16 para los socialistas y entre 15 y 17 para En Marea. Ambos se han quedado en 14 diputados cada uno. Analistas políticos explicaban ayer que, al final, se quedó en un sorpassito.

Para muchos En Marea no cumplió expectativas, según los techos marcados por ciertos sondeos. Pero pasa de nueve conseguidos por AGE en 2012 a 14. El nuevo partido formado por Anova, las mareas, EU y Podemos de cara a estas autonómicas logra 71.000 votos más en cuatro años. Liderado por Luís Villares, la nueva fuerza realizó una campaña más potente en la segunda semana y también partía con un desconocimiento elevado del líder, elegido con poco tiempo para darse a conocer meses antes. Sin embargo, la mayoría de los actos de campaña registraron gran afluencia de público, sobre todo los celebrados en zonas urbanas. Como nueva fuerza, En Marea se lleva el 19% de los votos, un partido distinto en 2012 y que en las autonómicas de 2005 no existía. La situación de bloqueo en el gobierno del país, nueve meses después desde las generales de diciembre, parece haber afectado más al PSdeG que a En Marea. También tenía en contra el PSdeG el panorama interno en el partido, el desencuentro por el tema de las listas o el desconocimiento del candidato, Xoaquín Fernández Leiceaga, elegido también poco antes de los comicios. El PSdeG baja en porcentaje de voto, pasando de un 20,5% a un 17,8% y pierde cuatro escaños: de 18 a 14. Son casi 40.000 papeletas menos, confirmándose el trasvase de votos entre las fuerzas.

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Al BNG le favoreció la campaña electoral en sus resultados, con intervenciones de Ana Pontón muy aplaudidas por la ciudadanía. El Bloque pierde un escaño, pasando de siete a seis diputados, con dos puntos menos en porcentaje de voto y 27.000 papeletas menos con respecto a 2012. Las encuestas daban al BNG una caída de siete a dos escaños y se quedó con seis.