Aunque el análisis por partidos revela una victoria holgada del PP, el número de votos a las fuerzas de izquierda -En Marea, PSOE y BNG- supera por la mínima a los apoyos recibidos por la derecha, incluyendo en el paquete los 5.341 sufragios a Ciudadanos. Las tres principales formaciones progresistas obtuvieron un total de 60.140 votos, mientras que los conservadores se quedaron en 59.450.

El escaso margen que separa a ambos espectros se ha igualado en estas autonómicas por el empuje alcanzado por el PP, que en A Coruña presentaba como cabeza de cartel al que fuera presidente de la Diputación y ahora presidente provincial del partido, Diego Calvo. Ciudadanos, con Cristina Losada como número uno por la provincia, no ha logrado pasar la barrera del 5% -alcanzó el 4,3%- en la ciudad ni en el conjunto de la comunidad, quedando fuera de O Hórreo. El resultado contrasta con el 10,5% que cosecharon en el municipio en las últimas generales de junio, evidenciando que el voto a la formación naranja solo funciona entre los coruñeses cuando se opera en clave estatal.

El futuro de En Marea es un libro por escribir. Aunque aumenta en número de votos con respecto a 2012, la organización debe gestionar ahora sus expectativas frustradas, al no haber sido capaz de retirar de las manos del PP la mayoría absoluta ni de alcanzar mayores niveles de apoyo. La candidatura de confluencia se mantiene con las tres ciudades de la provincia en su poder, a modo de escaparate de lo que son capaces de hacer, y con la necesidad de recomponerse para frenar su ciclo a la baja. El PSOE, con los ojos puestos en las luchas internas de la dirección estatal, no es capaz de nutrirse de los votos perdidos de En Marea, mientras que el BNG buscará hacer de estos comicios un punto de inflexión ascendente en A Coruña y en el resto de Galicia.