Salvo la repetición de Alberto Núñez Feijóo, por tercera vez a la cabeza de los populares, casi todo el atrezo de este pasado 25-S era nuevo en unas elecciones en Galicia. Los candidatos del resto de formaciones. El vacío de gobierno en el Estado después de dos citas con las urnas. La fragmentación parlamentaria y la ausencia de mayorías territoriales. Incluso la situación de la economía, en el cambio de ciclo hacia la recuperación; y una sociedad aquejada por las crecientes desigualdades provocadas por las dos recesiones. Todos batallaban contra todos, pero también contra sí mismos. Por el contagio aquí del caldeado debate político nacional y por el efecto que esas novedades podrían tener en el electorado. El presidente de la Xunta lo supo ver con tiempo, a la vista de la holgadísima mayoría absoluta que revalidó en la noche del domingo, quizás porque fue también una de las fuerzas que más avisos acumuló en los comicios locales de 2015. El PP perdió entonces en la autonomía casi 184.000 votos, una cuarta parte de lo cosechado en las municipales de 2011, y se despedía del bastón de mando en las grandes urbes que todavía gestionaba, junto con las diputaciones de A Coruña, Pontevedra y Lugo. Solo resistió en el concello de Ourense -en minoría- y en su siempre todopoderosa Diputación provincial. El giro dictado por Feijóo en las políticas de la administración gallega en este año y medio y la personificación de la estabilidad frente a la incertidumbre del resto del país encarrilaron la recuperación de parte de la confianza en el voto urbano que tanto se le resistía en sus otras dos legislaturas victoriosas. De hecho, sin la evolución en las ciudades de mayor población no se entenderían los resultados del PP en este 25-S.

El partido incrementó su mayoría absoluta respecto a las autonómicas de 2012 en 15.395 votos. De 661.281 a 676.676, casi dos puntos más del total (47,5%) que cuatro años atrás. Misma representación. Es decir, 41 escaños, a una distancia cómoda de los 38 necesarios para asumir las riendas de San Caetano en solitario y sin síntoma aparente de desgaste. ¿En cuánto crecieron los populares en las siete ciudades gallegas? En 15.725 votos, hasta superar de nuevo los 200.000. El electorado urbano explica, por lo tanto, su subida y permitió incluso a Feijóo compensar la ligera caída de papeletas en localidades más pequeñas y la pérdida de los votantes que fallecen en las zonas más envejecidas.

La jornada fue buena para el PP en A Coruña. La localidad que dirigió hasta mayo. El 43,5% de los votos del domingo fueron a su marcador. Más de 54.100. Prácticamente 6.000 más que en las autonómicas de 2012, lo que representa un incremento del 12,45%, la segunda mayor variación al alza entre las siete urbes. El ascenso en Pontevedra fue un poco mayor, del 12,5%, con alrededor de 2.000 papeletas más que hace cuatro años. La subida supera igualmente el 12% en el caso de la capital ourensana (2.600 votos más). En Lugo alcanzó el 6,4%; el 5% en Ferrol; y fue próxima al 9% en Santiago, donde el PP sufrió uno de los principales batacazos de las municipales tras la retahíla de imputaciones en dos de sus gobiernos locales.

Vigo es sitio distinto. La asignatura que sigue pendiente. La recuperación de votos en el concello más poblado de Galicia, y uno de los más reacios a la gestión de la Xunta por la fallida fusión de las cajas o el accidentado estreno del hospital Álvaro Cunqueiro, es mínima. El 2,1%. Poco más de 1.000 papeletas. De hecho, la proporción es idéntica a la de hace cuatro años -el 34%- y la más baja de todas las ciudades. Hay que recordar que la recolección del PP en el conjunto de la comunidad fue trece puntos superior, el 47,5%.

La ciudad olívica, gobernada en mayoría absoluta por el PSdeG de Abel Caballero, es paradigma también para En Marea. Segunda formación más votada, con el 27,7% de los respaldos (41.000). Casi dos de cada diez papeletas para la candidatura liderada por Luís Villares salieron de Vigo, donde, en comparación con lo hecho por AGE hace cuatro años, el incremento es del 44,3%. En Pontevedra, su incremento de votos -un total de 70.590-, llega al 44%; al 49% en Ourense; el 38% en Lugo; un 19% en A Coruña; y el 15,7% en Ferrol. Hay una excepción. Compostela. La única plaza urbana relevante que deja peores cifras: un descenso cercano al 3%, con 300 votos menos que en las anteriores autonómicas.

Avances de PSdeG y BNG

En la capital gallega están los únicos avances de PSdeG y BNG en grandes ciudades, con un 2,2% (189 votos) más y un 16,4% (712), respectivamente. Los socialistas se dejan otro 6,5% (2.300 votos) en Vigo; un 6,6% (1.563) en A Coruña; el 13,7% (963 papeletas) en Ferrol; casi un 8% (610) en Pontevedra; y el 16% (1.719) en Lugo. El batacazo del equipo capitaneado por Xoaquín Fernández Leiceaga está en Ourense: pierden cerca de tres de cada diez votos, 3.700. Es también la plaza fatídica del Bloque de Ana Pontón, con un 34% de descenso (1.394). La resta que arrastran las dos fuerzas, 70.077 votos, encaja a la perfección con la subida de En Marea en estos cuatro años.

Ciudadanos se quedó fuera del reparto de escaños en O Hórreo. No logró el 5% mínimo necesario para optar. Su mejor resultado en las ciudades estuvo en Vigo. Un 4,8%. Entre las siete urbes suma 21.145 papeletas. El 44% de todo lo que consiguió en la comunidad el domingo.

Feijóo tira más en los simpatizantes del PP en Galicia que Rajoy. En relación a las elecciones generales de junio -siempre con la importante diferencia de que la tendencia de voto cambia, y mucho, en función del tipo de cita electoral-, los populares arañan 6.000 votos. Aunque en dos urbes caen: en Vigo (1.232 votos menos) y Ourense (337). Las candidaturas de confluencia se quedan sin 29.400 y 32.840 los socialistas. El gran perdedor es Ciudadanos, con 33.600 apoyos menos que en los comicios estatales de junio; y el gran ganador, el BNG, con 23.300 más.

En los concellos donde gobiernan las mareas, la formación tuvo este domingo en A Coruña un 19% menos de respaldos (7.085 votos) que en mayo de 2015; y en Santiago la caída es del 33,6% (5.800). En Ferrol, donde Ferrol en Común abandera, de momento, una coalición con PSdeG, los votos aumentaron un 13,6% (975).