Fue un "mal educado". Como si estuviera en el argumentario del día, en el PP hubo coincidencia ayer al calificar las formas del líder del PSOE Pedro Sánchez frente al presidente Mariano Rajoy en el debate televisivo de la noche del lunes.

La vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, acusó a Sánchez de haber hecho "un ejercicio de macarrismo a la desesperada". "No es que haya perdido un debate, es que ha perdido muchas opciones para continuar en política", sentenció en Barcelona. "Me decepcionó la agresividad con la que el candidato socialista se presentó. Fue una agresividad y una mala educación impropia de alguien que quiere ser presidente del Gobierno de un país europeo", criticó en Estrasburgo el líder del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, "Creo que incluso Pablo Iglesias habría sido más educado", concluyó. En la misma línea, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, tachó al candidato del PSOE de "chulo de barrio".

El PP considera que el líder socialista se equivocó con su "agresividad" para buscar el voto de la izquierda cuando habría ganado más dirigiéndose al votante de centro. Fuentes de la dirección popular criticaron la estrategia de un Sánchez que, a su juicio, "se pasó de frenada" atacando al presidente del Gobierno. Ponen en duda que Sánchez o Rajoy ganaran o perdieran votos e insisten en que en los debates televisivos importa mucho la imagen y la actitud de los candidatos.

Pedro Sánchez se movió ayer con modos de vencedor y lejos de mostrar algún signo de arrepentimiento, pasado ya del fragor del debate, se ratificó en la falta de decencia de Rajoy, prueba de que su ataque era algo calculado. "Dije a Rajoy lo que millones de españoles piensan y con razón. Necesitamos que la decencia vuelva a la política y a las instituciones y, sobre todo, a la Presidencia del Gobierno", afirmó. "Los españoles tenemos que hacerle dimitir con nuestro voto", animó a los electores.