El nuevo Gobierno central que salga elegido de las urnas el domingo y, más concretamente, el nuevo Ministerio de Fomento, tendrán en sus manos el futuro de algunas de las infraestructuras que marcarán el sino de la ciudad durante las próximas décadas. La financiación de proyectos como el puerto exterior de punta Langosteira, la nueva estación intermodal de San Cristóbal o la futura reforma de la avenida de Alfonso Molina están en la agenda del debate local, especialmente después del cambio de Ejecutivo en María Pita, que ha puesto sobre la mesa un giro de 180 grados en los proyectos de obra y en las vías de financiación previstas.

Uno de las decisiones críticas de los responsables de Fomento será cómo abordar la financiación de la dársena exterior de Arteixo. El Gobierno de Xulio Ferreiro y candidaturas como En Marea -que integra a Podemos- o NÓS-Candidatura Galega apuestan abiertamente porque sea Fomento quien asuma el coste de finalizar la obra y que esta no se pague con el dinero obtenido de la venta a promotores privados de los muelles del puerto interior, que quedaría liberado para la construcción de inmuebles de viviendas y comerciales.

Este procedimiento, el de financiar parte de Langosteira mediante la venta de la fachada marítima coruñesa, había sido acordado por el Gobierno local de Francisco Vázquez y el central de José Luis Rodríguez Zapatero en unos convenios firmados en 2004.

Directamente relacionado con el futuro de Langosteira está la conexión por ferrocarril. El trazado de esta línea, sin fecha de ejecución todavía, tendrá un coste de 132 euros. Por el momento, los Presupuestos Generales del Estado solo reservan dos millones de euros para redacción de este proyecto. La financiación del resto, tal y como se recoge en el proyecto, saldrá de un préstamo del conjunto de las autoridades portuarias del Estado y del Banco Europeo de Inversiones.

El diseño que tendrá en el futuro Alfonso Molina también podrá depender de un cambio de color en el departamento encargado de las infraestructuras. Aunque el proyecto inicial consensuado por Fomento y el anterior alcalde, Carlos Negreira, preveía ampliar un carril por cada sentido, la Marea Atlántica ha tumbado la filosofía de esa propuesta y ahora aboga por "humanizar" el vial, creando espacios verdes, peatonales y para bicicletas, de forma que Lavedra se convierta en una avenida más y no tanto en una vía rápida de entrada a A Coruña.

El pasado mes, técnicos municipales y de Fomento celebraron un primer encuentro para alcanzar un consenso en torno al nuevo diseño. A esa reunión, el equipo de Ferreiro llevó una contraoferta que proponía un cuarto carril a Matogrande y la retirada del arbolado de la mediana propuesta inicialmente. Pendientes de una nueva reunión, la propuesta final para el vial todavía no ha sido cerrada.

También los avances en la estación intermodal de San Cristóbal dependerán de la buena voluntad del equipo de gobierno del nuevo presidente. En el actual proyecto de presupuestos Fomento estima que su gasto en toda la infraestructura se quedará en 1,1 millones, mucho menos que las previsiones de los 8,2 millones anunciados para 2016 el año anterior.

El Gobierno central es el responsable de la parte ferroviaria mientras que la Xunta asumirá la terminal de buses. El proyecto en su conjunto, sin embargo, tuvo que ser reformulado a petición de la ministra de Fomento, Ana Pastor, tras su llegada al Gobierno en 2012 para abaratar costes.