Alberto Garzón, el candidato de IU-Unidad Popular, admitió ayer, en su primera comparecencia tras conocerse los resultados electorales oficiales, una derrota que ha sido doble. "Nos propusimos tener un grupo parlamentario propio y no lo hemos conseguido", empezó diciendo y, además, considera que no se ha batido la dinámica del bipartidismo. Garzón, con dos escaños, advirtió, sin embargo, que su candidatura "no se doblegará ante ningún poder" y añadió que, como han demostrado los resultados de Unidad Popular en Cataluña y Galicia, "la convergencia es el camino". "La unidad popular se construye en la calle y en las instituciones", manifestó.

El líder de IU mostró su determinación de seguir trabajando en "el proyecto político que queremos alumbrar después de este 20 de diciembre". "No vamos a fallar a ese millón de personas que han confiando en este proyecto rupturista", señaló. Reconoció su mal resultado, pero se mostró "orgulloso" de cómo han llevado adelante la campaña electoral en la que, dijo, ha tenido que pelear "contra viento y marea, con zancadillas y palos en las ruedas". "Somos la quinta fuerza aunque hayamos sufrido el castigo severo de la ley electoral", señaló.

Izquierda Unida ha quedado muy tocada en estas elecciones aunque ha resistido frente a Podemos, que no ha conseguido dejarla fuera de combate, pese a que los resultados obtenidos se quedan muy por debajo de las expectativas del candidato, Alberto Garzón, que confiaba en mantener el grupo parlamentario. Su candidatura, Unidad Popular, obtuvo un total de 922.097 votos, pero solo dos escaños. No es ni mucho menos el peor resultado de la historia de Izquierda Unida, cuyo récord hay que buscarlo en 2008 cuando Gaspar Llamazares obtuvo solo su escaño más otro de ICV.

Lo hizo con un 3,7 por ciento -el mismo porcentaje que ahora- y 970.000 votos, unos 50.000 más que los que ha tenido Garzón, pero en aquel momento Llamazares concurrió junto al partido ecosocialista, que en esta ocasión se ha aliado a Podemos.

Además, otra variable que entonces no se dio es que Llamazares tuvo que lidiar solo con el bipartidismo mientras que ahora Garzón se ha tenido que enfrentar a un escenario mucho más fragmentado y con un potente adversario, Podemos, en su misma banda. Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que Izquierda Unida ha conseguido otros tres escaños, que no puede contabilizar en su haber porque dos forman parte de la candidatura En Comú Podem (Cataluña) y otro más por En Marea (Galicia).

Y no se los puede sumar IU porque los resultados que han obtenido cada una de estas candidaturas les permiten, en principio, tener grupo a cada una y, además, aunque no hubiera sido así, tampoco podrían hacerlo al haber sido fuerzas políticas que no se han enfrentado en esas circunscripciones. No obstante, el Reglamento del Congreso permite hacer una interpretación flexible y será la Mesa de la Cámara, una vez elegida, el próximo 13 de enero, la que marque la pauta de la formación de los grupos.

Del escrutinio final, también resulta llamativo que los dos escaños de IU (Alberto Garzón y Sol Sánchez) sean ambos por Madrid, lo que supone una pérdida de apoyos en plazas que hasta ahora han sido muy importantes para la formación, especialmente Asturias y Andalucía, aunque también la Comunidad Valenciana.