El Partido Popular recibió anoche con aflicción su victoria en las elecciones generales porque no tiene ninguna garantía de que pueda formar gobierno. La formación liderada por Mariano Rajoy sufrió un fuerte retroceso al dejarse por el camino 63 diputados y 3,6 millones de votos con respecto a las elecciones generales de hace cuatro años, lo que supone su peor resultado desde 1989.

Sin embargo, el presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, aseguró que intentará formar gobierno porque ha "ganado" los comicios con más de 1,6 millones de diferencia sobre el segundo y treinta escaños por encima del PSOE, segunda fuerza. A su entender, España necesita en este momento "estabilidad, seguridad, certidumbre y confianza".

Ese mensaje en positivo de Rajoy al filo de la medianoche contrasta con el ánimo que dos horas antes empezó a cundir en el partido al ver que avanzaba el escrutinio pero el PP seguía estancado en los 122 escaños y sin conseguir sumar con Ciudadanos, que no superó los 40 parlamentarios.

Aunque será hoy, en el Comité Ejecutivo Nacional del PP cuando analizarán con detalle los resultados, en el cuartel general de los populares hablaban de "equivocaciones" del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a lo largo de la campaña. Según añaden, mostró "arrogancia" al asegurar que no iba a apoyar ni a Rajoy ni al socialista Pedro Sánchez.

Además, en las filas del PP recibieron con desazón y a su vez con sorpresa las palabras del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, señalando que van a liderar el cambio que necesita España. En Génova recalcan que el Partido Popular ha ganado las elecciones y es Mariano Rajoy quien debe liderar las conversaciones.

Los 123 diputados logrados ahora por el Partido Popular son el peor resultado cosechado por la formación desde 1989, cuando José María Aznar logró 107 escaños, que fueron su peor marca. De hecho, en 1993 logró 141 diputados; subió a 156 en 1996 (y consiguió gobernar con el apoyo de los nacionalistas de CiU y PNV) y cuatro años después obtenía una holgada mayoría absoluta con 183 asientos en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, la guerra de Irak y los atentados del 11-M pasaron factura a los populares que en 2004 se quedaron en 148 diputados. Rajoy encabezó entonces por primera vez la candidatura del PP pero le venció el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que volvió a ganarle cuatro años después (169 del PSOE frente a 154 del PP).

En estas elecciones generales, el PP se ha dejado por el camino 3,6 millones de votos con respecto a los apoyos que consiguió en 2011 (pasa de 10,8 millones a 7,2 millones de votos) debido principalmente al desgaste por su gestión ante la crisis y los casos de corrupción. Los populares ya habían acusado ese retroceso en las citas electorales que se celebraron esta legislatura, ya que en las municipales celebradas el pasado mes de mayo obtuvieron 6,05 millones de sufragios.

El estado de ánimo en la sede de Génova estaba ayer muy lejos de la euforia que había en el mismo lugar hace cuatro años. A las 22.00 horas con prácticamente el 75% escrutado en la sede de la formación había menos de un centenar de simpatizantes y militantes en un ambiente poco festivo, a pesar de que el partido había puesto música navideña para animar la noche.

Al cierre de los colegios electorales, algunos cargos del Partido Popular se mostraban optimistas y hablaban de que la noche sería "larga". De hecho, la dirección nacional del PP mandó por la tarde un mensaje a los cabeza de lista del partido en todas provincias abogando por mantener una postura de prudencia y de tranquilidad ante los datos que arrojaban los sondeos a pie de urna y que podían llevar a un "baile" de escaños en muchas provincias. Sin embargo, ese optimismo fue convirtiéndose en desconcierto y en desolación conforme avanzaba el escrutinio.