Los socialistas gallegos pasaron el examen del 20-D con lo justito para un aprobado. Seis escaños obtuvieron en 2011 y seis aguantan tras la noche en la que definitivamente murió el bipartidismo. Hasta ahí los datos menos malos. Su líder, sin embargo, insiste en colocarse como el alumno aventajado de la clase. "El resultado fue absolutamente positivo", aseguraba José Ramón Gómez Besteiro en su comparecencia en la noche del domingo. "Muy bueno", repetía ayer antes de asistir a la ejecutiva federal que la formación celebraba ayer en Madrid. El secretario xeral del PSdeG se aferra a la pureza del lenguaje para reivindicarse como "el segundo partido" con mayores respaldos porque En Marea, que les superó por 60.428 papeletas, es una coalición; y porque el mantenimiento de la representación, asegura, era el objetivo marcado. Sin atisbo, pues, de autocrítica, a pesar de que los socialistas gallegos caen a su peor marca después de quedarse sin un 24% de los votos y alejarse de la siempre emocional segunda posición en apoyos.

La idea que exprime Gómez Besteiro sigue siendo la misma. Que el reparto de poder en Galicia en las elecciones generales demuestra que "efectivamente el cambio es posible" de cara a la próxima cita con las urnas en la comunidad, el próximo año, para elegir nuevo Parlamento autonómico y el inquilino de la Xunta. El líder de los socialistas gallegos une el también evidente desplome de los populares tanto el domingo -un tercio de los votos perdidos- como en las municipales de mayo para reivindicar el lugar en el que queda su formación. Pero no como disculpa por el mal generalizado en las fuerzas tradicionales. "El PP se hundió absolutamente", sostenía ayer en la capital, con "los peores resultados de su historia". "Eso lo sabrá ver la gente", incide. De cara a las elecciones de 2016, el objetivo del PSdeG es, según Besteiro, "servir al país, como lleva haciendo en sus 136 años", aunque admite que por delante queda "mucha tarea" pendiente, incluida su situación.

Por el momento, el máximo responsable del PSdeG no ha logrado deshacerse del lastre que supone su imputación por los delitos de prevaricación, cohecho, contra la ordenación del territorio y negociaciones prohibidas en el caso Garañón que lleva la juez Pilar de Lara para investigar la licencia concedida a una urbanización al lado del mayor parque de la ciudad de Lugo. José Ramón Gómez Besteiro defendió desde el primer día su inocencia y que cuenta con documentación que así lo acredita. El socialista intentó apartar a De Lara del proceso planteando una cuestión de competencia que la Fiscalía consideró "manifiestamente improcedente".

Su imputación llegó a colarse incluso en el cara a cara protagonizado por su secretario general, Pedro Sánchez, y el candidato popular y presidente en funciones del Gobierno, Mariano Rajoy. Éste último le recordó al líder del PSOE la situación de Gómez Besteiro cuando Sánchez le reprochó los graves casos de corrupción que azotan al PP. Sánchez le defendió como ya lo hizo durante su visita a A Coruña durante la campaña electoral. "Creo en su honestidad", dijo.

A favor de Besteiro juega de nuevo que otros cosecharan el domingo un peor resultado que el del PSdeG. Esta vez incluso dentro de su partido. Sánchez concurría como cabeza de lista en Madrid, donde es difícil que el descalabro fuera mayor. Los socialistas se hundieron hasta la cuarta posición por detrás de PP, Podemos y Ciudadanos. Además, el saldo final del partido en el conjunto del Estado alcanza el 22,01% de los apoyos. El PSdeG en Galicia se hizo con el 21,33%.

La diferencia se puede percibir en el discurso público del propio Besteiro, que, frente al "muy buen" resultado de la formación en Galicia, calificó con un "buen", sin más, lo conseguido por el PSOE en todo el país. "Consiguió -matizó a continuación- darle la vuelta a las encuestas".