La lógica sugiere que tras la unión de fuerzas de Podemos e Izquierda Unida, tras su coalición electoral, el partido que lidera Pablo Iglesias logre unos mejores resultados que tras los comicios del pasado 20 de diciembre. Según la última encuesta del CIS antes de los comicios del próximo día 26 esta candidatura, Unidos Podemos, es la única que crecería dentro de poco más de dos semanas. Serían, de acuerdo a este sondeo, aproximadamente 20 escaños más de los que sumaban hasta ahora ambas fuerzas políticas.

Pero hay que tener en cuenta que una cosa son los vaticinios sobre las grandes líneas, sobre las grandes tendencias políticas, y otra la concreción en número de votos y escaños para cada formación determinada, tarea que se hace especialmente difícil en una situación tan cambiante como la española actual, con un mapa partidista que no tiene nada que ver con el de hace únicamente un año.

Un solo dato de la anterior encuesta del CIS, publicada el pasado 3 de diciembre, sirve para demostrar que los sondeos siempre deben de ser recibidos con reservas. En el estudio de hace seis meses se colocaba a Ciudadanos claramente por delante de Podemos e incluso a poca distancia del PSOE. Finalmente, el 20-D el partido morado de Pablo Iglesias superó con claridad al naranja de Albert Rivera y quedó a cincuenta escaños de los socialistas. De haberse cumplido los pronósticos del CIS los dos partidos del centro-derecha, PP y Ciudadanos, hubieran tenido votos suficientes para gobernar. Y ya se ha visto lo que ha venido sucediendo desde entonces.

Es, por lo tanto, momento de hacer análisis, no de sacar conclusiones. Es evidente que a día de hoy el PP parte con ventaja para ganar de nuevos los comicios y que Podemos va camino de convertirse en la segunda fuerza política del país. Ambos son los que cuentan con los votos más fieles, según el CIS. El PSOE, si nada cambia, continuaría en la encrucijada. Y Ciudadanos mantendría su peso. Lo que no ofrece dudas es que va a seguir habiendo cuatro grupos parlamentarios fuertes.

Muchas son las razones que pueden dar al traste con los vaticinios del CIS, pero quizás la de más peso es el elevado porcentaje de indecisos, casi un tercio del electorado. La abstención, en principio, será más alta, pero no en exceso.