"La marea son los ciudadanos, no los partidos. La marea es el punto culminante de un proceso de divorcio entre la ciudadanía común y los partidos que no solo no cumplen el contrato que firman con esta, sino que lo violan sistemáticamente". De esta forma definió ayer el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, la coalición en que se integra su formación con Podemos y Esquerda Unida y que el 20-D ya logró situarse como la segunda más votada, aunque empató a seis escaños con el PSdeG.

Beiras participa a medio gas en la campaña por su edad y porque no es candidato al Congreso. Ayer, acompañó a Miguel Anxo Fernán Vello en un instituto de Lugo para combinar sus alusiones históricas al pueblo que hace dos mil años se encontraron los romanos -"nos llamaron galecos antes de que existiese España", dijo- y un mensaje claro: En Marea es el único representante digno de la voluntad popular porque defiende a la ciudadanía, sin responder a otros intereses del capital, como, aseguró, sí hacen PP y PSOE. Y vaticinó las consecuencias. "Las encuestas dicen que se van a la mierda", espetó sobre el resto de partidos.

Para Beiras ha llegado el momento histórico de acometer un "cambio de verdad" y no un maquillaje, por lo que retó al PSOE a recuperar sus señas de izquierda, pues de momento solo ha tendido una trampa a Podemos y sus confluencias que ha provocado unas nuevas elecciones generales tras el 20-D. "Hubo quien dijo que es de izquierdas, pero prefiere pactar con el partido de Primo de Rivera e imponernos un trágala", exclamó sobre el acuerdo entre los socialistas y Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, con cuyo nombre hizo un juego de palabras aludiendo al dictador.