El presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, fue el encargado de cerrar la campaña electoral de los populares en A Coruña, para avalar la candidatura al Congreso, encabezada por Miguel Lorenzo. Feijóo dijo ayer que su partido dejará gobernar a quien gane las elecciones. "El resultado de las elecciones no lo vamos a poder cambiar", explicó ante aproximadamente el millar de simpatizantes que se reunió en la explanada de Palexco. El presidente solicitó el apoyo a los "socialistas moderados", a los "socialistas españoles", para poder "seguir gobernando" y hacer todo lo que no le había dado tiempo en estos cuatro años.

Feijóo pidió a todos los partidos que aclaren con quién van a pactar tras la cita con las urnas de mañana y a los electores que no "jueguen con el voto para ver qué pasa". El presidente de la Xunta, que acudió sin corbata y que hizo la primera parte de su discurso en castellano, no se mostró satisfecho con la celebración de las elecciones. "Si los partidos fuésemos responsables, esta campaña nunca se habrían celebrado", dijo.

En este cierre de campaña, Feijóo aprovechó para reivindicar obras como la de la Marina, a la que calificó como "la plaza más bonita de Europa" y también a la asociación de Meigas. "A nosotros nos gustan las meigas", dijo, antes de llamar "señoritos" a los integrantes de las fuerzas políticas del cambio por ser "profesores universitarios".

"No quiero que las mareas de Podemos estén en la Presidencia de la Xunta. No lo quiero porque quiero a Galicia. No merece la pena dividir al país sino que hay que juntar al país. Somos españoles y gallegos, no españoles o gallegos", comentó Feijóo, que reivindicó la Constitución, la transición y también la unidad de España. "Todos los populismos son iguales", explicó el presidente, sin diferenciar entre los de derecha e izquierda, ya que cree que tienen el objetivo de "romper" y "destruir".

"Nos interesa un presidente del Gobierno gallego, que sepa donde está Galicia, que le importe Galicia y que la tenga en el Boletín Oficial del Estado y en los presupuestos", zanjó Feijóo.

Le cedió la palabra al presidente de la Xunta el expresidente de la Diputación, Diego Calvo, que cargó contra el Gobierno local por cambiar el nombre de las calles de la ciudad en cumplimiento de la ley de memoria histórica. "A nosotros nos interesa que la gente tenga un puesto de trabajo, no cambiar las plaquitas", comentó Calvo, que señaló como una mala idea otorgar una renta a las personas que no tienen ingresos. "Hablamos de dos millones de ocupados y no de dos millones de okupas", dijo el presidente el PP provincial, que considera que recibir una ayuda convierte a los beneficiarios en "cautivos".

El cabeza de lista del PP por A Coruña, Miguel Lorenzo, cargó contra Ciudadanos ya que considera "que no quiere a Galicia" y también contra las candidaturas de confluencia. Lorenzo, que reconoció no ser una "persona de mítines", dijo a los simpatizantes que apoyar a la formación de Albert Rivera era "un voto perdido".

La encargada de abrir el acto fue la portavoz municipal, Rosa Gallego, que aprovechó los focos y el público para simplificar el panorama electoral. "O gobierna el PP o el populismo", sentenció. Al acto acudió el exalcalde Carlos Negreira, al que Feijóo pidió que saludase a sus vecinos, también la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, que estuvieron sentados en primera fila, no lo hizo así, el alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, que decidió estar de pie, en la última fila.