¿Quién será el próximo alcalde de Sada? Un día después de las elecciones ninguna de las formaciones en liza se aventuraba a dar un nombre. Una vez más, las urnas han dibujado un escenario político difícil en esta villa marinera a la que se le resiste la estabilidad. La izquierda (Sadamaioría, PSOE y BNG) suma ocho ediles. La derecha del PP, 7. Y el monchismo, dos. Todo apunta a que el líder del PDSP, Ramón Rodríguez Ares, tendrá otra vez la última palabra sobre el devenir del municipio que ha gobernado durante décadas. Y puede que se tome la revancha.

El líder de Sada Popular intentaba digerir ayer los peores resultados de su historia. "No sé lo que pudo pasar, no me lo explico la verdad. Lo considero una traición de mucha de la gente que me decía que me apoyaba", lamentaba ayer visiblemente afectado mientras hacía "algún trabajillo" en su finca para "distraerse".

Al histórico regidor le cuesta encontrar consuelo ante una debacle que le sitúa como penúltima fuerza y le arrebata de un plumazo tres de sus cinco concejales. "Es todo tan reciente que lo estoy asimilando", admitía. La derrota le resulta aún más amarga por el espaldarazo que ha recibido su exaliado, el popular Ernesto Anido, que ha arrebatado al PDSP buena parte de su electorado y ha logrado aupar al PP al primer puesto del ranking municipal al pasar de 4 a 7 ediles.

Rodríguez Ares no parece muy dispuesto a dar de nuevo su apoyo al "chico" „como se refiere irónicamente a Ernesto Anido„ que dio la patada a su formación en el ecuador del mandato tras ser aupado con los votos del PDSP de tercera fuerza a la Alcaldía. "Ya lo dije antes de las elecciones: no apoyaré a Anido", responde al ser consultado sobre su voto a favor de la investidura del popular.

Su número dos, Emilio Gómez, se muestra todavía más tajante. "Yo estoy con el pueblo y la mayoría absoluta ha dicho que no quiere a Anido como alcalde", argumentaba ayer el concejal que ha protagonizado los mayores enfrentamientos con el popular. Es más, Emilio Gómez afirma que estaría dispuesto a facilitar un tripartito de izquierdas (Sadamaioría, PSOE y BNG) sin entrar en el gobierno. "Los apoyaría igual, lo que no voy a permitir es que Anido sea alcalde", zanja.

El tiempo dirá si la afirmación se cumple o se trata simplemente de un órdago. Ajeno al ultimátum, Ernesto Anido, se ve como el candidato con más posibilidades de ocupar la Alcaldía. El popular puede presumir ahora de estar legitimado para un cargo que ocupó cuatro años pese a que los ciudadanos solo le otorgaron un tercer puesto.

Ernesto Anido lanzó un mensaje de "tranquilidad" y sacó pecho ante unos resultados que, presume, han "afianzado definitivamente al PP". El popular prometió "mucho trabajo, mucho consenso y mucho diálogo". "Lucharé para ser alcalde", sostuvo rotundo.

Lo cierto es que ya en 2011 PP y PDSP habían sembrado dudas sobre un pacto que no se confirmó hasta la propia sesión de investidura. Tras lanzarse todo tipo de improperios en campaña, las dos formaciones se avinieron finalmente a hacer las paces con un reparto de concejalías y responsabilidades.

El apretón de manos que debía sellar definitivamente las heridas de la derecha propició a la postre la mayor fractura de su historia y multiplica ahora las incógnitas.

La única fuerza en condiciones de plantarle cara al PP es Sadamaioría, que irrumpió con fuerza en la villa y se hizo con cuatro concejales. La candidatura de unidad popular decidió ayer en asamblea postularse a la Alcaldía. Benito Portela deberá llegar a acuerdos con el restos de las formaciones de la izquierda para recabar su apoyo. "Me postularé a alcalde. Creemos que debemos dar ese paso por responsabilidad y respeto hacia las personas que nos votaron", avanzó ayer.

Ni PSOE ni BNG cierran las puertas. Socialistas y nacionalistas se muestran abiertos a negociar, aunque coinciden en que debe ser Sadamaioría quien tome la iniciativa como la principal fuerza de un ejecutivo alternativo. Un hipotético gobierno de izquierdas propiciaría un escenario similar al de 2007, con el bipartito de PSOE-BNG en minoría y la constante amenaza de una moción de censura.

La socialista Raquel Bolaño se mostraba ayer cauta. "Es la fuerza mayoritaria de la izquierda la que debe dar el primer paso y sentarse a negociar", recalca. El PSOE evita avanzar cuáles serían sus condiciones hasta que Sadamaioría haga un gesto.

El BNG, que pasó de primera a última fuerza, tiene claro que "hay que oír a los ciudadanos". Su candidato, Xosé Lois Suárez Becerra, hizo ayer un ejercicio de autocrítica. "Las urnas no nos han puesto en situación de tomar la iniciativa para un gobierno alternativo", admite el edil, que avanza que el BNG no apoyará la investidura de Ernesto Anido.

"El 65% de la gente de Sada ha dicho que no quiere que Anido sea el alcalde. Lo que nos han dicho es que tenemos que escuchar, que tenemos que sentarnos y hablar. Nosotros no estamos para proponer nada, estamos para escuchar. Estamos dispuestos a apoyar cualquier programa coherente que ofrezca una solución a los problemas de Sada sin pedir nada a cambio", defendió ayer el nacionalista, que apuesta otra vez por un "gobierno de unidad".

Las luchas de la derecha dejan una vez más en vilo el gobierno de Sada. Y puede que unos comicios más, la ciudadanía tenga que esperar a la investidura para poner nombre al alcalde.