Al andar se hace camino". Las palabras del poeta son un canto a la esperanza. Invitan a mirar al frente extrayendo conclusiones sobre el pasado, construyendo el presente, pero por encima de todo, dando forma a nuestro propio futuro. Que

A Coruña y los coruñeses sigamos avanzando de la mano hacia esa meta común es lo que nos ha unido a todos en estos quince años y es lo que deseamos para los quince siguientes.

Vivimos una época de grandes retos, para cuyo logro la sociedad exige sumar esfuerzos y aunar voluntades. Quienes no lo entiendan así estarán condenados a la mediocridad, y es por ello que no queremos seguir por el camino que la ciudad transita en este momento. Es fundamental establecer prioridades que garanticen nuestro futuro como sociedad, que no pasan por la exclusión y el sectarismo actuales.

Las ciudades que se colocarán a la vanguardia en los próximos años serán aquellas que cuenten con estrategia, con proyecto de ciudad y con alianzas sólidas. Estos pasos se dieron en los últimos cuatro años y ahora corremos el riesgo de que la inacción nos lleve de nuevo al punto de salida en lugar de a la meta.

A Coruña aún es en estos momentos la ciudad más solidaria de Galicia, la que tiene menos tasa de desempleo y la que genera más riqueza. La competencia es dura y no podemos caer en la desidia. Si no salimos al encuentro de nuestro futuro, nadie vendrá a traérnoslo a la puerta.

La inclusión, la sostenibilidad, el conocimiento, el talento y la

innovación son ingredientes importantes para seguir en la vanguardia europea. Queremos formar parte de esa Europa capaz de demostrar que la fuerza está en la unión. En este mascarón de proa de Galicia que es A Coruña y su área metropolitana no caben las dudas actuales.

Por eso debemos acertar a la hora de generar oportunidades. El puerto exterior, que resistirá todas las mareas, y la captación de talento, convirtiéndonos en una ciudad del conocimiento, deben ser dos de los pilares sobre los que se asiente el futuro de una comarca coruñesa que está en disposición de ponerse al frente de un proyecto que parte con claras ventajas sobre otros enclaves.

Desde esta atalaya del Atlántico, y con la suma de esfuerzos que necesitamos para salir adelante, tenemos al alcance de la mano ganarnos nuestro propio futuro. Los fondos que la Unión Europea reserva para el desarrollo son, con toda probabilidad, el último tren al que podemos subirnos antes de que otros decidan por nosotros.

Para ello necesitamos una estrategia de ciudad. Clara y consensuada. Es el momento de tomar posiciones para conquistar el futuro que queremos. Con la mano tendida. Firmemos un compromiso que nos obligue a todos a construir una sociedad en la que todos tengan oportunidades.

Tenemos ante nosotros desafíos apasionantes y territorios dispuestos a avanzar. Esa es la Coruña que nos debería esperar a la vuelta de la esquina: una Coruña inclusiva, una Coruña con un crecimiento sostenible e inteligente, una Coruña de la que todos nos sintamos partícipes. Pero con ciudades a medias solo conseguiremos avances a medias, cuando no retrocesos como los actuales.

Salgamos a ganar el futuro. Tenemos entre manos una tarea que nos compete a todos y que nos interesa a todos. También los medios de comunicación deben continuar siendo el espejo en el que se reflejen todas las sensibilidades, todas las opiniones, desde el respeto, el diálogo y la voluntad de construir en común. En esa Coruña de los nuevos retos todos tenemos un papel que jugar. Es tiempo de remangarse y ponerse a la faena.

Vivimos un tiempo y un espacio con incertidumbres, pero también con oportunidades. No las dejemos escapar. En los próximos quince años nos espera la fascinante tarea de mantener esta ciudad viva, robusta y sana. A por ello.