Si hay una infraestructura que ha transitado estos 15 años de historia coruñesa, es la obra de la tercera ronda. Los plazos de acabado fueron postergándose una y otra vez, sobre todo en los años de desencuentro cuando las administraciones estatal y autonómica tenían diferente color político. La AC-14, el tercer cinturón de circunvalación rodada de A Coruña, se convirtió en una realidad en esta pasada primavera casi quince años después de su gestación y ocho y medio desde la colocación de la primera piedra, en el cruce de ronda de Outeiro con la rotonda del pavo real. En la inauguración, la ministra Ana Pastor recordó que a su llegada a Fomento en 2011 el grado de ejecución de la obra sólo llegaba al 8%.

La tercera ronda abarca diez kilómetros desde Os Rosales hasta la A-6 a su paso por Ledoño

y solo queda por concluir el enlace entre Pocomaco-Mesoiro y el campus universitario de Elviña. El coste total de la infraestructura supera los 250 millones, con inversión del Estado y la Xunta. La AC-14 permite acceder a la ciudad a través de seis ramales por los que evitar los tradicionales atascos de Alfonso Molina, A Pasaxe y la avenida Finisterre: A Zapateira, Mesoiro- Pocomaco, Lonzas, la zona comercial de Marineda City, el polígono industrial de A Grela y Riazor por la rotonda del pavo real.

A las 06.30 de la mañana del pasado 25 de junio, el comandante del vuelo de Air Europa de A Coruña a Madrid hacía con los dedos el gesto de la victoria a unos obreros que ultimaban su trabajo. El avión estrenaba la nueva pista de Alvedro, ampliada en 400 metros hasta los 2.340, cuatro años después de que el anterior ministro de Fomento, José Blanco, comenzara las obras. En la ejecución del proyecto se invirtieron 110 millones de euros, porque a los 70 millones presupuestados hubo que añadirle otros 40 para costear las expropiaciones de 378 parcelas. La nueva pista permite operar a aviones de mayor tamaño, lo que abre la puerta técnicamente a la apertura de rutas más lejanas.

Por tierra, aire y mar. La nueva terminal de cruceros entró en funcionamiento el 9 de abril de 2011. Las obras del este nuevo edificio, ubicado en el muelle de Transatlánticos, habían comenzado en 2010, ante la demanda de las compañías operadoras por la cada vez mayor envergadura de los buques que arriban al puerto coruñés. El coste de las obras, cofinanciadas al 50% por fondos europeos, fue

de 636.626 euros. El puerto acaba de rebasar entonces la cifra de 70.000 cruceristas anuales, que el año pasado se elevó a 129.000. El 2 de mayo de 2014, se produjo por primera vez la escala simultánea de seis buques en el puerto, que de desembarcaron 8.500 cruceristas en la ciudad. Uno de los desafíos del Puerto será a partir de ahora hacer frente a la competencia con Oporto, que acaba de inaugurar su nueva terminal de cruceros.