Portugal fue un rival áspero para España. En ciertas fases del partido, la dureza de los futbolistas portugueses estuvo acompañada del ´pique´ entre banquillos.

Portugal no dudó en echar mano de la contundencia de Pepe y Bruno Alves, en especial en la segunda parte, y se quejó de forma ostentosa del arbitraje. En la primera parte, una carga cometida por Ramos sobre Nani no fue sancionada por el turco Cakir, lo que enfureció al banquillo luso.

Sus airadas protestas no gustaron a los españoles. En las postrimerías de la parte hubo incluso un pequeño roce entre Reina y Coentrao, cuando el lateral del Madrid se llevó las manos a su entrepierna en un claro gesto de desprecio.

En la segunda mitad, Pepe se aplicó con fuerza, como comprobó su compañero de equipo, Xabi Alonso. El tolosarra sufrió un rodillazo en los riñones del defensa luso. Bruno Alves también recurrió al juego duro para frenar a los españoles.

Las entradas rompieron el ritmo de la selección española, que tuvo que luchar para sortear la agresividad de Portugal. E los últimos compases, Veloso también vio la amarilla por una falta cometida sobre Jordi Alba.