La suerte de la selección española de fútbol en los últimos cuatro años se explica por muchos factores: buenos futbolistas, un entrenador con sentido común y un grupo aferrado a una idea. Como Brasil o Alemania en otros tiempos, España es ahora mismo la referencia del fútbol mundial, lo que se refleja en las precauciones que se toman todos los rivales. Sólo la selección alemana ha plantado cara a la Roja, jugando de tú a tú, en las dos últimas grandes competiciones. España acepta el reto y siempre ha salido adelante. Muchas veces, con fútbol. Otras, con oficio. Y alguna, también, con fortuna.

?El punto de inflexión. Salvo por el título de la Eurocopa de 1964, la selección española de fútbol era el símbolo de la frustración hasta hace cuatro años. Grandes generaciones se perdieron por razones tan diversas como falta de carácter, técnicos incapaces y, en algún caso, mala suerte. El punto de inflexión llegó cuando Luis Aragonés se dio cuenta de que tenía entre manos una camada de futbolistas que podía cambiar la historia. Aragonés aguantó carros y carretas para poner el grupo, y un estilo de juego, por encima de los personalismos.

El triunfo en la Eurocopa, con un fútbol unánimemente reconocido y una pizca de fortuna en momentos decisivos, tuvo continuidad incluso después de su marcha. Porque Del Bosque, un entrenador que siempre ha huido del protagonismo y ha primado al grupo, decidió darle continuidad con leves matices. Al margen de su sentido táctico y estratégico, el seleccionador ha convertido a la Roja en el equipo de todos. Resulta difícil imaginar una solución más favorable al conflicto Barça- Madrid que la que ha propiciado Del Bosque. Un asunto vital para que los campeones de Europa y del mundo sigan siendo igual de competitivos. Hace un año había serias dudas sobre la convivencia en la selección. «Ahora nos lo tomamos a risa», reconoció recientemente Casillas.

? Todo por el equipo. A diferencia de alguno de sus antecesores, Del Bosque asume las críticas a sus decisiones y al juego del equipo. Su talante fue fundamental para remontar en Sudáfrica hacia el título y, de momento, ha funcionado en la Eurocopa. Su carácter tolerante y campechano, en todo caso, no debe interpretarse como síntoma de debilidad. El técnico escucha a todo el mundo, pero la decisión final es suya. Se ha podido comprobar con el debate del «9» que ha presidido la primera fase de la Eurocopa.

La alternancia de Cesc y FernandoTorres en ese puesto ha reportado jugosos beneficios para la selección. Cesc igualó el partido frente a Italia y estuvo en el origen del triunfo ante Croacia. Torres resultó fundamental en el partido ante Irlanda. Ya ocurrió a la hora de confeccionar la lista de convocados. Mientras desde diversos sectores le recomendaban a este o aquel jugador, Del Bosque mantuvo su firmeza de criterio. Eligió lo que creía que más le convenía al grupo, en algún caso a costa de dejar fuera a algún futbolista que había terminado la temporada de forma espectacular. Porque, al margen de algún nombre indiscutible, para él prima el equipo.

? Jugar con 14. Ya ocurrió en Sudáfrica, donde España ganó varios partidos en la recta final coincidiendo con algún retoque en el equipo inicial. En la Eurocopa, la selección estuvo mejor en los últimos minutos de los partidos frente a Italia y Croacia. Algo que se explica, normalmente, por dos factores: el desgaste al que España somete a sus rivales y las variantes de que dispone en el banquillo. Como le gustaba decir a Johan Cruyff, España no juega con once, sino con trece o catorce. Jesús Navas y Fernando Torres revitalizaron el fútbol de ataque en el primer partido. Navas y Cesc lo hicieron frente a Croacia. La experiencia demuestra que alguno de estos futbolistas no ofrece el mismo rendimiento cuando sale como titular. Un peaje que paga España por su fútbol basado en la posesión, el control y el desgaste.

? Números cantan. Pese a la clasificación como primera de grupo, España sale con alguna duda de este arranque de la Eurocopa. El protagonismo de Casillas en los partidos frente a Italia y Croacia no es un buen síntoma para una selección que basó su título europeo y mundial en la fortaleza defensiva. Pero el portero madridista ya resultó decisivo en 2008 para superar a Italia en los cuartos, y en momentos puntuales del Mundial, sobre todo frente a Paraguay y en la final.

Las estadísticas del gráfico superior desmienten el bajón que se atribuye a la Roja. España lidera la clasificación de la Eurocopa en apartados tan significativos como goles a favor y en contra, tiros a puerta y, por supuesto, número de pases y posesión de balón. También en intangibles como la personalidad para superar momentos difíciles como los que pasó el lunes.

El juego de posesión, ineficaz desde el punto de vista ofensivo ante Croacia, fue el mejor argumento para mantener un empate que a España le servía para clasificarse. Y, a la hora de la verdad, aparecieron Casillas, Cesc o Iniesta. Ellos son la verdadera suerte de España.