Cualquiera que hubiese visto la final de ayer y desconociese la trayectoria de Jordi Alba, hubiese pensado que el zaguero lleva toda su carrera deportiva jugando de lateral,y que la de ayer era la última de muchas finales para él. Ninguno de los dos datos es cierto. Extremo reconvertido a zaguero por Unai Emery, Alba se ha consolidado como titular en la selección española, pese a ser un debutante de 23 años que anoche ganó su primer título como profesional.

Impecable desde el primer partido, ante Italia, ayer cuajó otro gran encuentro,en el que además demostró toda sus virtudes ofensivas.En el minuto 40 se asoció con Xavi y partió desde más atrás de la línea de medio campo esperando el pase en profundidad del que será su nuevo compañero en el Barcelona.

Su prodigiosa carrera encontró la asistencia de Xavi,y Alba superó por bajo a Buffon con una clase y una tranquilidad pasmosas. Se vio entonces al extremo izquierdo que solo en esta temporada ha explotado como lateral, debido a las numerosas lesiones en el que ha sido su club hasta hace unos días, el Valencia.

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Nacido en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) el 21 de marzo de 1989, Jordi Alba Ramos se formó durante siete años en las categorías inferiores del Barcelona. Abandonó La Masía en 2005 para fichar por el Cornellá, en Tercera. En la segunda temporada, el Valencia le ficha por 6.000 euros,y juega en el filial del equipo che. Posteriormente es cedido al Gimnàstic de Tarragona, donde realiza una gran temporada y convence a Unay Emery, que lo repesca para el primer equipo en la temporada 2009- 2010. Mientras,es convocado por las selecciones sub-19 y sub-21.

El extraordinario rendimiento de Jordi Alba en el Valencia llamó la atención de la secretaría técnica del Barcelona, que buscaba un recambio para Abidal. El pasado jueves se anunciaba el fichaje por 14 millones de euros, una cifra que ahora parece pequeña para sus prestaciones.

La adaptación del catalán al esquema de Del Bosque ha sido tan extraordinaria que incluso ha puesto en evidencia las limitaciones del mucho más veterano Arbeloa, impecable defensivamente pero con escaso rendimiento ofensivo. Su gran internada con centro a la cabeza de XabiAlonso, que supuso el 1-0 ante Francia en cuartos de final, fue el primer gran hito de un torneo redondo,para el pequeño (1,70) lateral.

"Me ha salido una Eurocopa que no me esperaba", decía anoche el de Hospitalet, con un desparpajo similar al que despliega en el campo."Aún no me lo creo –añadió a Telecinco–, hemos conseguido la ´triple corona´, la he podido hacer yo". Nadie le negará que buena parte del mérito es suyo.