Con el pregón característico de todos los años comenzó ayer la XVIII Feira das Marabillas en la plaza de Azcárraga. El discurso contó con la presencia del alcalde , Carlos Negreira, y la teniente de alcalde de Cultura, Ana Fernández. Su objetivo para esta edición es que se supere la afluencia de años anteriores y se llegue al millón de visitantes durante los seis días que durarán las fiestas.

El medievo vuelve a la ciudad de la mano de más de doscientos puestos que pretenden recrear de manera fiel la época. Además de los típicos puestos de venta, la feria cuenta también con talleres de artesanía tradicional en los que tanto mayores como pequeños pueden hacer gala de sus dotes artísticas y "competir" con los tenderetes establecidos.

Entre tanto puesto también hay espacio para el espectáculo. Decenas de artistas callejeros irrumpen las calles de la Ciudad Vieja para celebrar que el escudo y la espada han vuelto. Malabaristas, saltimbanquis y titiriteros son solo algunas de las propuestas que recorrerán el barrio para amenizar las tardes al público espectador.

Hay también un espacio dedicado en a los más pequeños de la casa con juegos y se realizan paseos de ocas y caravanas de burritos. El martes, asimismo, se celebrará la Cena Medieval, consistente en mejillones, pulpo con cachelos, churrasco con chorizo criollo, tarta de Santiago, bebida, café y jarra conmemorativa de regalo. La feria se llevará a cabo de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 24.00 horas hasta el próximo miércoles..