Por un lado, la bajada de tipos de interés del BCE en la zona euro ha hecho que las entidades financieras reduzcan los tipos de interés de sus depósitos y el pequeño ahorrador ha visto como en poco tiempo recibe rentabilidades incluso de la mitad de lo que recibía hace menos de 3 meses. Sabido es que las entidades para bajar los tipos del pasivo cuando baja el euribor se apuntan en dos segundos, pero cuando sube tardan ´ligeramente´ más tiempo en reaccionar al alza.

Por otro, las vacaciones tomadas por los políticos parece que han hecho mella en los mercados y se han serenado a la espera de la vuelta del curso escolar, lo que ha motivado una reducción de la prima de riesgo y, por lo tanto, una caída del tipo de interés de lo que pagamos por colocar nuestra deuda. Lógicamente eso redunda en una reducción de la rentabilidad de los productos emitidos por el Tesoro Público, con lo que la rentabilidad de los productos adquiridos por los pequeños ahorradores como son las Letras del Tesoro, los Pagarés y los Bonos, también han reducido la rentabilidad para los particulares.

A esto debemos añadir que la imagen que están dando ciertas entidades viendo a clientes reclamando su dinero porque les han colocado productos inadecuados y han perdido sus ahorros, hace que el pequeño ahorrador escape de productos complejos que ofrecen rentabilidades superiores a los productos tradicionales (o por lo menos eso espero por su bien). Todo ello se traduce en un abandono de productos de riesgo y un trasvase de la cifra de ahorro hacia productos tradicionales (libretas de ahorro, plazos fijo o incluso a cuentas corrientes remuneradas).

Poco sitio queda para el pequeño ahorrador donde meter su dinero y sentirse tranquilo a cambio de tener una determinada rentabilidad. Lo primero lo puede conseguir pero a cambio de ver mermar sus intereses de forma considerable.

¿Vale la pena asumir algo de riesgo para incrementar esta mermada rentabilidad?

Depende del perfil de cada ahorrador, pero si se recurre a productos tradicionales de poco riesgo y éxito probado en el pasado, la cosa puede valer la pena.

Si crees que un depósito bancario tradicional ya no es rentable, puedes optar por un depósito estructurado por ejemplo. Parte de tu dinero irá a una imposición a plazo fijo (mínimo el 50%) por el cual las entidades financieras están dando aún intereses altos (superiores al 4% TAE a vencimientos máximo de un año). Otra parte de tu dinero va a un depósito referenciado a algún índice o a una cesta de acciones y suele ser a medio y largo plazo su vencimiento. Con este riesgo se puede conseguir una mayor rentabilidad pero, ¿podemos perder parte de ese dinero referenciado en ese depósito? Si escogemos un depósito estructurado que al vencimiento garantice la devolución del 100% del capital inicialmente desembolsado, lo máximo que podemos perder es que durante el plazo de la parte referenciada no ganemos ni un duro, pero nunca perderemos dinero del que depositamos inicialmente.

Otros depósitos estructurados destinan parte del dinero a fondos de inversión con lo que la rentabilidad final será la suma de la rentabilidad del depósito a menos de un año más la rentabilidad obtenida en la parte que va destinada al fondo.

Lo importante en estos casos es que el pequeño ahorrador sepa a ciencia cierta que lo que contrata tiene el capital garantizado al vencimiento. El único riesgo se limita a la obtención de la rentabilidad que no la sabemos de antemano y puede ser mucha o poca, pero que el capital esté siempre garantizado si esperamos al vencimiento inicialmente pactado con la entidad siendo imposible el entrar en pérdidas.

También hay fondos de inversión de características similares, pero en estos casos sí que no hay una parte del dinero que ofrezca una rentabilidad fija conocida ya que todo el dinero se destina a ese fondo y no hay nada que vaya a un depósito.

¿Se puede por lo tanto conseguir rentabilidades superiores a los depósitos tradicionales? Sí, pero hay que asumir algo de riesgo, pero ya vemos que este lo podemos limitar solo a la rentabilidad y que nunca nuestros ahorros se vean mermados.

iAhorro analistas financieros