El fracaso del BNG en las elecciones del domingo y la negativa de Anxo Quintana a dimitir han hecho resurgir a un histórico del nacionalismo gallego, Xosé Manuel Beiras, que no ha dudado en criticar con dureza la estrategia política de la Executiva. Beiras da una alternativa para salir de la crisis: el que fuera máximo líder del BNG está "dispuesto" a ponerse de nuevo al frente de la formación y asumir el cargo de portavoz nacional que ahora ostenta Anxo Quintana, siempre que "la militancia lo considere necesario".

Después de una rueda de prensa matutina en la que exigió la dimisión de Anxo Quintana y de toda la Executiva y puso de manifiesto su absoluto desacuerdo con el "rumbo" que ha tomado el Bloque en los últimos seis años -desde que Quintana fue nombrado portavoz nacional-, a última hora del día Beiras se ofreció a volver a liderar el BNG, en una entrevista concedida a Radio Galega, aunque puso condiciones. La primera, ostentar la Portavocía Nacional sólo durante "un horizonte limitado en el tiempo". Y la segunda y más tajante, desvincular ese cargo de la candidatura a la Presidencia de la Xunta, cargo al que no quiere volver a optar. "Yo no entro en el túnel del tiempo, no pongo la moviola para atrás", aclaró Beiras en la entrevista, en la que volvió a pedir la dimisión de Quintana y de toda la Executiva del partido -de la que él mismo es miembro- dado el "monumental batacazo" de las elecciones autonómicas, en las que el BNG perdió un escaño y 40.000 votos.

El que fuera líder del Bloque desde 1995 hasta 2003 consideró que estas renuncias son un "ejercicio de salud indispensable". Y aún más, advirtió de que "si se obstinan en decir que no y no dimite ni Dios, se abrirá en el Bloque una guerra civil" en la que, dijo, su corriente, Encontro Irmandiño, "tendrá que decidir si entra o no". "Será el fin del BNG", llegó a decir Beiras, recordando que las corrientes críticas representan "un 40%" del peso del partido. De hecho, de los 15 miembros de la Executiva elegida en la última Asamblea, en diciembre de 2006, cinco (entre ellos, el propio Beiras) pertenecen a formaciones o grupos alternativos, como Encontro Irmandiño o A Alternativa de Camilo Nogueira. Beiras también advirtió de que si no se "refunda" la formación frentista, "sólo quedará el esqueleto del Bloque: la UPG [Unión do Povo Galego, liderada por Francisco Rodríguez] y el mal llamado quintanismo". "Y que se presenten ellos a unas elecciones, a ver qué pasa", dijo.

Un proceso desde 2003

Para el líder de Econtro Irmandiño -una agrupación creada precisamente para cuestionar el poder y los métodos de la UPG en el Bloque-, el fracaso en las elecciones del domingo "no fue una situación puntual, sino el resultado de un proceso" que comenzó en 2003, cuando Anxo Quintana fue elegido para sustituirle como portavoz nacional y, al mismo tiempo, candidato a las elecciones autonómicas de 2005, en las que los nacionalistas lograron por primera vez entrar en la Xunta.

Precisamente la separación del cargo de portavoz nacional del de candidato a la Xunta es una de las cuestiones en las que más incide Beiras a la hora de cargar contra la actual "concepción" del BNG. Según él, estos deberían ser dos cargos independientes, e incluso reprochó a Quintana no haber cumplido la promesa de mantenerlos separados. La otra gran crítica al rumbo que ha tomado el Bloque es haber dejado de lado el sistema asambleario que, según Beiras, "definió al Bloque Nacionalista Galego desde su fundación" en los años 80. "Se está traicionando la concepción del partido", dijo Beiras en alusión al sistema de delegados que sustituyó al asamblearismo. "Hay que devolver la voz y el voto a toda la militancia de base", dijo. Beiras también criticó el tono "personalista" adoptado por la formación desde la llegada de Quintana -"Cuando yo era portavoz nacional, siempre hablaba de 'nosotros', nunca de 'yo"- al que, con todo, no culpó de la situación. "La culpa no es de Anxo Quintana, es del secretario xeral de la UPG [Francisco Rodríguez]", dijo Beiras.

Los sectores críticos dentro del BNG comienzan a mover ficha. No sólo Encontro Irmandiño manifestó ayer públicamente sus críticas a la actual Executiva, sino que ayer se les sumó también el presidente de Esquerda Nacionalista, Alberte Rodríguez Feixoo.

Feixoo, que también forma parte del máximo órgano de dirección del Bloque, destacó el "ejemplo" del candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, al dimitir, frente al del portavoz nacional, Anxo Quintana, que continúa en su cargo. Precisamente, sobre el liderazgo del candidato nacionalista, Feixoo apuntó que es una de las cuestiones "sobre las que hay que reflexionar internamente".

En este sentido, elogió la actitud de Pérez Touriño, "al que le faltó tiempo para presentar su dimisión y dar ocasión al PSOE a emprender un nuevo camino sin el lastre que suponía tener una persona más o menos quemada por una mal resultado electoral". De todos modos, apuntó que esta actitud "no tiene por qué ser una pauta de comportamiento a imitar por el BNG", sino que se trata una referencia de lo que "aconteció" en el otro grupo político "damnificado" por los resultados del pasado domingo.

Rodríguez Feixoo también se pronunció sobre la fórmula del Bloque, que se constituye como un "frente" nacionalista, en el que conviven distintos partidos y corrientes.

En cuanto a la posibilidad de que el BNG deje de ser un frente nacionalista y se convierta en un partido político, convino que ese "no es el problema, más bien todo lo contrario". "Me da la impresión de que quizá apartarse de ese histórico frente de partidos o frente de militantes nacionalistas fue uno de los éxitos de esta fuerza política", apostilló. A este respecto, concluyó que "en cuanto se intentó eliminar alguna de las características de este frente y se trató de convertir al BNG en un partido al uso, sí que hubo un problema interno que tendrá que revisarse para que vuelva a funcionar adecuadamente", subrayó.