La líder conservadora del PSD y candidata a primera ministra de Portugal, Manuela Ferreira Leite, sigue con su cruzada contra el proyecto del AVE que enlazará Oporto con Galicia y Lisboa con Madrid por Badajoz. Ayer, en otro acto electoral de la campaña, aseguró que la inversión costaría a Portugal 9.000 millones de euros y que su ejecución "aniquilaría todo el crédito disponible en la economía" y que abocaría al cierre a "miles de empresas".

Las presiones de España y de su propio país no causan efecto alguno. Es más, contribuyen a reforzar su posición hasta tal punto que ayer incluso aseguró que, si gana las elecciones del domingo 27, quiere renegociar los fondos, para destinarlos a otros fines, que la Unión Europea destina al proyecto, unos 383 millones de euros. "Todas las cosas son negociables, concretamente los fondos europeos", afirmó Ferreira Leite.

Para el AVE Galicia-Oporto, valorado en unos 1.500 millones de euros (400 en la parte gallega y 1.100 en la portuguesa), la UE tiene asignados 244 millones, de los que 104 corresponden a España y 140 a Portugal. En el corredor Lisboa-Madrid, Europa aportará 312 millones, 121 para España y 191 para Portugal.

Además, la Unión Europea tiene reservados para Portugal otros 51,5 millones de euros para un puente sobre el estuario del río Tajo para el tren de alta velocidad en su entrada a Lisboa, con lo que al final los fondos europeos destinados al país vecino ascienden a 383 millones, por los 225 que corresponden a España.

¿Perdería España estos fondos si Portugal renuncia al AVE? Para el Ministerio de Fomento esta posibilidad no entra en sus hipótesis y el departamento de José Blanco está convencido de que de una manera o de otra, al final Portugal sacará adelante el proyecto. "Si ganan los socialistas, no hay problema. Si ganan los conservadores, habrá que convencerlos de la bondad del proyecto, sobre todo porque Manuela Ferreira fue la ministra que en 2003 firmó los compromisos del AVE transfronterizo", explicaron ayer fuentes de Fomento.

Los dos o ninguno

Pero expertos gallegos en la gestión de fondos europeos no lo tienen tan claro, pues consideran que resultaría muy difícil que la Unión Europea mantenga en vigor una financiación para un proyecto común de dos países cuando uno de ellos renuncia a ejecutarlo.

El primer ministro en funciones portugués, José Sócrates, volvió ayer a defender el AVE y su importancia y puso como ejemplo las inversiones realizadas en España, Estados Unidos y Francia en el tren de alta velocidad.

"Ningún país desiste de ello. Vean a Barack Obama...", dijo Sócrates, que también recordó el acuerdo entre Nicolas Sarkozy y Zapatero para acelerar el AVE entre Francia y España.

Ayer, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero insistió en que extender las comunicaciones por ferrocarril hacia Portugal "es bueno para todos", si bien declaró su "máximo respeto" por la campaña electoral portuguesa.