"Ir a la huelga es la única solución que nos queda". Después de un año crítico para el sector lácteo gallego y europeo en general, los productores se aferran a la baza de un paro como último recurso para tratar de buscar una salida a la crisis. Mientras media Europa ya ha empezado a suspender las entregas de leche a la industria y la otra media decide si se suma a ella u opta por otras vías de presión, la llama de la huelga ya ha prendido en Galicia, donde entre 800 y 1.000 ganaderos lácteos han dado un paso al frente dispuestos a suspender indefinidamente las entregas y a paralizar la actividad de las industrias.

Son los promotores de un paro sin precedentes en la comunidad, aunque en los próximos días todo el sector lácteo gallego será llamado a consultas para sondear el apoyo real y objetivo con el que cuenta una iniciativa encabezada por los productores franceses. Aunque la posibilidad de convocar una huelga de leche -que consistiría en suspender las entregas diarias y en bloquear la actividad de la industria- ya se planteó en otras ocasiones, ésta es la primera vez que el paro tiene opciones de llevarse a cabo. La búsqueda de una salida a la actual crisis del sector, la peor de toda la historia y que en el caso de Galicia se ha traducido en unos precios en origen hasta 10 y 12 céntimos por debajo de los costes de producción, llevó hace una semana a los productores europeos reunidos en París a proponer la huelga de entregas como última recurso de presión.

Inicialmente, la patronal española de los ganaderos lácteos (Prolec) decidió solidarizarse con el paro europeo pero optaron por promover en el caso de España una reducción paulatina de la producción en lugar de una huelga de entregas. Los sindicatos gallegos, sin embargo, reaccionaron divididos a la propuesta de Prolec. Mientras Xóvenes Agricultores (XXAA) y Unións Agrarias (UUAA) abogaban el pasado lunes por explorar otras vías de presión y hacer cumplir el acuerdo alcanzado en junio para tomar como referencia el precio francés y promover los contratos homologados, el Sindicato Labrego Galego (SLG) se alineaba con los países europeos que han optado por la huelga y hacía una llamada a la movilización. En las asambleas comarcales convocadas por el sindicato nacionalista el pasado lunes la posibilidad de un paro en Galicia caló entre el sector, animando al SLG a iniciar una ronda de consultas más amplia para sondear cuántas explotaciones lácteas estarían dispuestas a suspender las entregas.

Los ganaderos interesados en secundar la huelga tendrán que cubrir una "hoja de compromiso" y entregarla hasta el viernes en alguna de las delegaciones del sindicato. El objetivo es "cuantificar" cuántas explotaciones secundarían el paro en Galicia y, en función de los apoyos, decidir el próximo lunes si se suman o no a la convocatoria europea. En este sentido, el SLG argumenta que para poder "paralizar las industrias" y que la huelga "afecte" a toda la comunidad es necesario contar con el respaldo de un cierto número de explotaciones. "Éste es un momento histórico para llevarla a cabo ya que, en un mercado globalizado, o la hacemos todos a un tiempo o el producto entrará en los países en huelga por medio de la importación de los países que no lo estén", argumentó ayer el sindicato, que considera que de la decisión que adopte Galicia -principal productora del país y que concentra el 56% de las explotaciones lácteas españolas- dependerá "la adhesión del resto de comunidades productoras de leche".