La estrategia jurídica emprendida por el Gobierno español en EEUU, las miles de personas físicas y jurídicas personadas en la causa (paralizada durante años en un juzgado colapsado por un caso de tal magnitud, el de Corcubión) y el cruce de intereses en la búsqueda de responsables han convertido la parte judicial de la catástrofe en un puzzle difícil de entender y de arreglar.

2009 se presentaba como la fecha definitiva para la celebración del gran juicio, sin embargo, la cita se ha pospuesto para el próximo año. Uno de los motivos del retraso es la complicación para peritar los daños ocasionados, labor costosa para administraciones y aseguradoras. Además, fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia alertaban de que los diez recursos pendientes de resolución por parte de la Audiencia de A Coruña era otro de los motivos de la posposición de la vista oral. El refuerzo del Juzgado de Corcubión, que para muchos llegó tarde, supuso "un gran avance, según el TSXG, tras hacerse público que el caso Prestige acumulaba sobre el despacho de A Costa da Morte 289 tomos que conforman la causa y casi 200.000 páginas. Sólo desde el punto de vista individual, hay más de 3.000 personados, además de administraciones, aseguradoras, armadoras, asociaciones... Un caso que escapa al ámbito español, con escenarios también en Europa y EEUU.

Hay dos frentes abiertos. Por un lado está la demanda presentada por España en EEUU contra ABS, la clasificadora del Prestige. España pretende que se juzgue la negligencia de la sociedad al dar el visto bueno en las revisiones previas al accidente a un buque en mal estado. Por otra parte, el más voluminoso e importante, está el pleito penal, el caso llevado desde el principio en Corcubión. "En este caso, nuestro Código Penal dice que sólo se puede perseguir a personas físicas, no jurídicas: no es posible juzgar a clasificadoras o armadoras, sino nombres concretos en la búsqueda de responsabilidad", sostiene Álvaro García, fiscal de Medio Ambiente. Además de ABS en EEUU, son cuatro los protagonistas del juicio del Prestige en España: el capitán del buque, Apostolos Mangouras, el primer oficial, Ireneo Maloto, el jefe de máquinas, Argyropoulos Nikolaos y el entonces director de Marina Mercante, José Luis López Sors, clave en la decisión de alejar el petrolero.