El Arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, animó hoy a los fieles a permanecer "vigilantes" frente "a los ídolos que llevan al desaliento y a la muerte" y a "fortalecer la esperanza cristiana" en "medio del proceso de descristianización" actual.

Durante la Homilía pronunciada tras la apertura hoy de la Puerta Santa, que da inicio al Año Jubilar, Monseñor Barrio Barrio consideró "urgente iluminar con la luz de la fe" las cuestiones "que conciernen al presente y al futuro de la sociedad" y "mantenerse vigilantes frente a los ídolos que llevan al desaliento y a la muerte" manifestando "un amor activo y concreto con cada ser humano".

Además, "en medio del proceso de descristianización", el Año Santo 2010 "no es una huida espiritualista ni un discurso religioso vacío", si no "un compromiso para acoger la gracia de Dios", explicó el Arzobispo, que animó a desterrar "el escepticismo que dificulta el ejercicio de la caridad".

Durante su intervención durante la Eucaristía, Julián Barrio Barrio calificó el Año Santo 2010 como "un faro de luz y fuente de gracia para el hombre actual", que se encuentra "sumergido en una profunda crisis moral, cultural y social".

"Frente a la cultura del gran vacío que despersonaliza, se nos llama a afirmar la presencia de Dios que siempre humaniza y reconocer a Cristo", indicó el Arzobispo, que instó a los fieles a "mirar el rostro de las personas no para considerarlas como material de descarte, sino para hacer propio el drama de muchas de ellas", ya que "sin Dios todo se convierte en objeto de compraventa".

CARTA DEL PAPA

Por su parte, el Papa Benedicto XVI pidió hoy a los creyentes que en este Año Santo 2010 "recapaciten" sobre "su vocación a la santidad" y a aquellos que "han dejado marchitar su fe", que aprovechen la ocasión para "recuperarla".

En una carta dirigida al Azobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, con motivo de la apertura hoy de la Puerta Santa y el inicio del Año Santo 2010, el Pontífice resaltó la "particular" oportunidad que presenta el Xacobeo para que los creyentes "se impregnen de la Palabra de Dios, que ilumina e interpela, y reconozcan a Cristo, que sale a su encuentro, les acompaña en las vicisitudes de su caminar por el mundo y se entrega a ellos personalmente, sobre todo en la Eucaristía".

Sobre el Camino de Santiago, el Papa advirtió de que con el "mero recorrido material" de este trayecto no se logra "la meta", que es "convertirse en testigo ante los demás de que Cristo vive y es la esperanza imperecedera de salvación". Asimismo, Benedicto XVI elogió el lema del Año Santo, 'Peregrinando hacia la luz', así como la carta pastoral para esta ocasión, 'Peregrinos de la fe y testigos de Cristo resucitado', que, a su juicio, "siguen fielmente esta tradición y la reproponen como una llamada evangelizadora a los hombres y mujeres de hoy, recordando el carácter esencialmente peregrino de la Iglesia y del ser cristiano en este mundo".

Por último, expresó su "especial cercanía" a los peregrinos que llegan y seguirán llegando a Santiago, a los que invita a hacer acopio de "experiencias de fe, caridad y fraternidad que encuentren en su andadura", y a que vivan el Camino "dejándose interpelar por la llamada que el Señor".

La carta del Papa Benedicto XVI fue leída por el Nuncio Apostólico en España, monseñor Renzo Fratini, justo antes de dar comienzo al rito de apertura de la Puerta Santa.

ACTOS

La ceremonia de apertura de la Puerta Santa, que tuvo lugar esta tarde en Santiago, comenzó en torno a las 16.10 horas cuando el delegado regio, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, llegó a la Praza do Obradoiro para pasar revista a las tropas que allí formaban bajo una intensa lluvia. El saludo a las autoridades, entre las que se encontraban en ministro de Fomento, José Blanco, y el delegado del Gobierno, Antón Louro, tuvo que hacerse por este motivo bajo los soportales del Pazo de Raxoi.

Después de que la comitiva de autoridades atravesase la Catedral, los oferentes salieron del templo por la puerta de Platerías y caminaron junto con la Comisión Capitular hasta la Praza da Quintana, donde se encontraban miles de fieles esperando poder cruzar la Puerta Santa en el primer día del Año Jubilar.

El acto de apertura, que se retrasó casi una hora y durante el que dejó de llover y salió el sol, estuvo acompañado por el repique de las más de 1.000 campanas de los templos compostelanos, que sonaron mientras monseñor Barrio Barrio abría con un mazo de plata la Puerta Santa e inauguraba en último Xacobeo en los próximos 11 años. Tras la apertura, y por primera vez en este orden, Julián Barrio Barrio inició la Eucaristía a la que asistieron las personalidades, autoridades eclesiásticas, ciudadanos y peregrinos de distintas partes del mundo.