El material que según los canteristas gallegos es contaminante y que Manmer promociona como "ecológico" es el ARA (Árido Reciclado de Aglomerado), procedente de los restos de carreteras holandesas. Cuando se repara o fresa una vía o pavimentado en los Países Bajos, el asfalto sobrante se muele, y luego se analizan los niveles de metales pesados presentes en el triturado. Si supera unos límites determinados (algo que suele ocurrir cuando la carretera fue construida en su día con alquitrán, un material contaminante que ya está prohibido en Holanda), la ley holandesa obliga a descontaminarlo en un horno a 800 grados centígrados para eliminar el betún restante.

Una vez triturado y, en su caso descontaminado, el árido resultante se puede reutilizar en muchos usos de la construcción, especialmente en zahorras (las bases de las carreteras), cemento-suelo (un tipo de cemento que absorbe el agua) y explanadas. Mientras en Holanda siguen estos requisitos, la ley española sólo obliga a reciclar los restos del fresado de una carretera triturándolos sin pasar por el horno ni analizar la presencia de elementos contaminantes, aunque en la práctica el aglomerado asfáltico raramente se reutiliza y se elimina o entierra al margen de la legislación.

Es por eso que el ARA, que Manmer comenzó a importar el verano pasado, no se había usado hasta ahora en España, pese a que hace años que se emplea en otros países europeos. La clave del asunto es que, incluso trayéndolo de Holanda, el ARA resulta mucho más barato que los áridos tradicionales empleados en rellenos y reparaciones de carreteras, y además puede emplearse a cielo abierto cuando está lloviendo. Tanto es así, que en apenas seis meses el grupo Manmer ya ha fletado veinte cargamentos de ARA desde Holanda —aproximadamente medio millón de toneladas— y ha conseguido colocarlo en una veintena de obras, la mayoría de ellas públicas y en la zona de Ferrolterra.

Para muchos otros, sin embargo, el hecho de que el material proceda de Holanda, un país que por su geografía necesita importar áridos, es cuando menos sospechoso. Desde Manmer, aseguran que tanto en los Países Bajos como en otros estados miembros de la UE llevan tiempo empleando este material para sus carreteras, pavimentos e incluso como relleno de puertos, en el caso de Lituana.