Nuevo producto, nuevos frentes. La progresiva implantación en España de un nuevo y rentable material de construcción ha dejado al descubierto la guerra abierta en el sector de los áridos en Galicia. La Asociación Galega de Áridos acusó ayer a la empresa coruñesa Construcciones Manmer de "importar y vender material contaminante procedente de Holanda" y pidió a la Xunta que paralice "de forma inmediata" la comercialización de estos áridos para la construcción porque podrían ser peligrosos para la salud. La firma, con sede en Pontedeume y nave en el polígono de Vilar do Colo (Fene), niega las acusaciones, esgrime las autorizaciones de la UE y los análisis químicos de todos sus cargamentos para demostrar que cumple con la normativa y achaca la denuncia de AGA a la "competencia" que hace a los canteristas con el nuevo negocio, que ya se está empleando en una veintena de obras de la provincia de A Coruña, como el puerto exterior de Ferrol.

El material, conocido como ARA, procede de los restos de carreteras molidas en Holanda y hasta ahora no se había empleado en España, donde el sistema de reciclado es diferente. El trasiego del material (medio millón de toneladas en sólo seis meses), que llega por vía marítima al puerto exterior de Ferrol y se almacena en la nave que la firma tiene en el polígono industrial Vilar do Colo, en Fene, ya provocó en octubre la denuncia de los ecologistas.

Expediente anterior

Entonces, la Xunta abrió un expediente a la empresa por supuestos vertidos oleosos al río Baa, cerca de su acopio, aunque desde la dirección de Manmer aseguran que esa investigación se cerró porque los análisis realizados entonces por Augas de Galicia daban niveles de toxicidad permitidos. Ahora, la arremetida llega desde la Asociación Galega de Áridos -que agrupa a 57 empresas propietarias de 39 canteras en toda la comunidad-, que ayer presentó un informe de investigadores de la Universidade de Santiago según los cuales la presencia de metales pesados (hidrocarburos policíclicos aromáticos, con elementos cancerígenos) en el árido almacenado en Fene "supera los niveles de referencia para la protección de la salud y de los ecosistemas". Según el informe encargado por la asociación y firmado entre otros por Felipe Macías y Manuel Bao, "su utilización como árido es desaconsejable en todos los casos en sistemas superficiales". Los canteristas denuncian que el material importado desde Holanda no pasó por los hornos de descontaminación del alquitrán tal y como exige la ley de los Países Bajos.

Sin embargo, desde Manmer aseguran que los análisis de la USC no son fiables, porque evalúan la presencia de metales pesados sumando todas las muestras, en lugar de una a una.

Y, ante todo, la firma difundió ayer el llamado Marcado CE, el permiso oficial en toda la UE que autoriza la comercialización de cualquier producto en todos los países miembros y, por lo tanto, certifica su salubridad. Además, Manmer también mostró las analíticas por las que pasa cada uno de los cargamentos en el puerto holandés, y que también avalan los niveles de contaminación.

La empresa añade que ese material -que en España está autorizado para zahorras y cemento-suelo- ya se emplea desde hace tiempo en otros países europeos como la propia Holanda, o Lituana "donde lo están usando como relleno para un puerto, es decir, lo echan directamente al mar".

Según Manmer, "el único objetivo" de la denuncia de los canteristas es sembrar el temor entre sus clientes y boicotear así la competencia que les está haciendo a los materiales tradicionales de sus asociados. "Y si no lo vendemos nosotros, lo venderá otra empresa de Barcelona, se quedarán el negocio los catalanes, porque esto es totalmente legal", advierten desde la firma, que además anuncia que pondrán una denuncia contra la Asociación "por daños y perjuicios".

Una de las obras gallegas en las que se usa el ARA es el puerto exterior de Ferrol, en concreto en la pavimentación de la explanada de la segunda fase del dique. Desde la Autoridad Portuaria de la ciudad confirmaron ayer que tanto la recepción de los cargamentos de ARA como su uso en la obra "cumple con los requisitos exigibles para su uso". "Si no fuera así, ya ni entraría en el muelle".

En cualquier caso, la Xunta anunció ayer que, ante la denuncia de la asociación, ha abierto una investigación y ya ha solicitado pruebas a una empresa independiente para determinar "si cumple o no la normativa".